El caos y el miedo crecen en el Aeropuerto de Kabul con el correr de las agujas del reloj hacia la inexorable hora de partida del último avión para huir de Afganistán. El grupo Talibán fue contundente: extender el plazo de evacuación más allá de finales de agosto es una "línea roja". Inaceptable. 

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, prometió sacar a todas sus tropas de Afganistán antes del 31 de agosto. Pero no contaba con una situación tan caótica y extrema como la que se vive en Kabul estos días, asegura la prensa de su país.

Los informes de inteligencia apuntaban a que la capital resistiría tres meses, no una semana. Ahora todo el proceso de evacuación es más a prisa.

En un discurso, Biden dejó entrever que sus tropas podrían quedarse después del 31 de agosto, una idea que el Reino Unido quiere ratificar debido a que todavía hay miles de personas que necesitan ser evacuadas.

"Permítanme ser claro, la evacuación de miles de personas de Kabul va a ser dura y dolorosa y lo habría sido sin importar cuándo comenzó. Tenemos un largo camino por recorrer y aún pueden salir mal muchas cosas", señaló Biden según una agencia noticiosa de su país.

El grupo Talibán ya deslizó que si por cualquier circunstancia aún quedasen militares extranjeros el 1 de septiembre en el aeropuerto, habrá "represalias" contra quienes estén allí.

Suhail Shaheen, portavoz Talibán, formuló la afirmación a la cadena británica 'Sky News' momentos antes de que el primer ministro británico Boris Johnson presidiera una reunión con los líderes del G7 en el que la extensión del plazo para las evacuaciones está sobre la mesa.

"Si ellos la extienden (el plazo), eso significa que están extendiendo la ocupación cuando no hay necesidad de ello. Eso creará desconfianza entre nosotros. Si hay intención de continuar la ocupación, esto provocará una reacción", planteó.

El grupo fundamentalista culpa de las escenas caóticas a una falta de previsión por parte de los Estados Unidos y la OTAN e instan a que no existe la necesidad de que los afganos salgan del país, ya que "no habrá represalias".

Las potencias occidentales apuran la movilización de varias aeronaves civiles para evacuar al máximo número de personas en el menor tiempo posible. 

El caos en el aeropuerto de Kabul sigue en aumento en medio de las evacuaciones, señala el sitio France24.com

En la madrugada de este lunes, un guardia afgano encargado de la seguridad en las instalaciones fue asesinado en medio de un tiroteo en las puertas de la terminal aeroportuaria en circunstancias que aún se deben esclarecer. Los militares alemanes fueron los encargados de notificar la situación, que al parecer podría haber involucrado también a fuerzas occidentales.

Además del fallecido, fuentes de los servicios médicos internos apuntaron a que habría al menos otros tres soldados afganos heridos.

A falta de confirmación oficial, según apunta la agencia de noticias Reuters, los disparos se dieron desde el exterior poco antes del amanecer y tuvieron una respuesta por parte de soldados afganos, alemanes y estadounidenses. La preocupación de las fuerzas occidentales respecto a un posible ataque terrorista por parte del grupo Estado Islámico (EI) aprovechando el caos reinante va en aumento con las horas.

El EI es un grupo fundamentalista que, sin embargo, está fuertemente enfrentado al Talibán. Durante los últimos años han sido los grandes responsables de la mayoría de los atentados sucedidos en Kabul y han mantenido combates a su vez con los talibanes. Dentro del acuerdo firmado entre estos últimos y los Estados Unidos estaba la lucha contra el terrorismo dentro del país.

Miles de personas siguen hacinadas en las instalaciones del aeropuerto a la espera de poder ser evacuadas de la ciudad debido al temor que tienen al nuevo Gobierno. Muchos de ellos son afganos que han colaborado estrechamente con el Ejecutivo democráticamente elegido o con las fuerzas de la OTAN y ahora temen represalias.

Tras la toma de la capital, el grupo Talibán trató de mostrar una versión mucho más moderada de la que implantaron entre 1996 y 2001, al asegurar que se respetarían ciertas libertades individuales, de las mujeres y que no habría represalias políticas contra los antiguos colaboradores de Occidente.

Sin embargo, miles de personas no se fían de estas promesas. Sobre el terreno ya se han reportado multitud de violaciones flagrantes y persecuciones a opositores, aunque no se sabe si están orquestadas por el grupo Talibán o simplemente son venganzas que perpetran determinados insurgentes armados por su cuenta.

El grupo Talibán no es un grupo homogéneo sin divisiones internas. Dentro de la formación existen moderadas y radicales, lo que en la  Argentina siempre se definió como halcones y palomas.

Mientras tanto, ya son más de 20 las personas fallecidas durante estos días en el aeropuerto. La mayoría de ellas han muerto tras estampidas provocadas por el miedo o por tiroteos. Además, hay que sumar que dentro de las instalaciones apenas está llegando agua y comida y que esas personas duermen sobre el suelo en condiciones de hacinamiento.

Durante los primeros días se observaron momentos de auténtico caos con invasiones a la pista que obligaron a paralizar las evacuaciones extranjeras. Militares occidentales y afganos son los encargados de mantener el orden dentro del aeropuerto y los talibanes hacen lo propio fuera.

Entretanto, al norte de Kabul prosiguen los combates porque el grupo Talibán tiene enemigos internos.

El Talibán anunció también que estaban rodeando la provincia de Panshir, el último bastión fuera de su control. Esta montañosa región de mayoría étnica tayika ha sido uno de los lugares que históricamente más se han opuesto al fundamentalismo islámico y la sede de la histórica Alianza del Norte que combatió en la década de los 90 al Gobierno talibán.

Al cargo de este ejército que resiste a la fuerza talibán está Ahmad Masud, el hijo de uno de los históricos señores de la guerra que se enfrentaron al Talibán años atrás, Ahmad Sah Masud, conocido como el 'Tigre de Panshir' y que fue víctima de Al-Qaeda unos días antes de los atentados contra las Torres Gemelas en 2001.

A esa fuerza opositora se sumó el ex vicepresidente de Afganistán, Amrullah Saleh, que se ha negado a formar parte de la mesa de negociadores que existe entre miembros del antiguo Gobierno democrático y el grupo Talibán. Además, Saleh se proclamó presidente legítimo ante la salida del país de Ashraf Ghani, detalla un completo informe del sitio France24.com

Lee también -- El drama de los ciudadanos y residentes de los EEUU que quedaron varados en Afganistán