Las potencias occidentales retomaban este viernes la tarea de evacuar a sus connacionales de Afganistán en medio del horror que provocaron los atentados de este jueves en proximidades del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul.

La limpieza de la zona y el recuento de cadáveres cuyo número real no se conoce a ciencia cierta eran penosas tareas paralelas al embarque de pasajeros desesperados, coinciden los corresponsales destacados allí.

Tras las divergencias acerca del número total de víctimas fatales que dejó el ataque reivindicado por la rama afgana de Estado Islámico (EI), se conoció este viernes información actualizada al respecto, hacia las 13:00 hora argentina.

Al menos 161 personas murieron en el atentado suicida perpetrado el jueves por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el aeropuerto de Kabul, según el último recuento de varias fuentes sanitarias, aunque se desconoce aún la cifra oficial, informa la agencia EFE. Solo el hospital Wazir Akbar Khan de la capital afgana ha recibido 145 cuerpos sin vida tras el atentado en el aeropuerto de la capital. Medio centenar recibe atención con heridas graves, dijeron fuentes sanitarias.

Mientras tanto y según afirmó a RIA Novosti una fuente del Ministerio de Sanidad afgano, más de 1.300 personas resultaron heridas en los atentados de Kabul. 

El dato impresionante: en el momento de las explosiones había gente que se refrescaba del calor abrasador dentro del agua de un canal fétido. Los cuerpos sin vida fueron a parar ahí en su mayoría.

El Pentágono confirmó este viernes que 13 efectivos estadounidenses resultaron muertos y otros 15 fueron heridos.

Horas después de las explosiones en proximidades del aeropuerto, Murad Gazdiev, corresponsal de RT en Afganistán, informó de nuevos  estallidos en Kabul, incluidos disparos al aire.

La reconstrucción de ese hecho permitió constatar que las fuerzas afganas dispararon al aire para dispersar a la multitud cerca del aeropuerto. Esas personas a veces son castigadas a latigazos cuando intentan pasar la línea que trazan los talibanes con la finalidad de contener y organizar -a su manera- el asedio a la estación aérea.

La jefatura del Mando Central de los Estados Unidos señaló que a pesar de los atentados las evacuaciones continúan, agregando que
se estima que unos mil ciudadanos estadounidenses siguen en el país. Lo mismo reportó Francia.

Sin embargo, varios países occidentales dijeron que el transporte aéreo masivo de civiles estaba llegando a su fin, lo que probablemente dejaría sin salida a decenas de miles de afganos que trabajaron para Occidente durante dos décadas de guerra. Un mensaje alarmante. Pero no el único.

"Esperamos que estos ataques continúen", señaló e informó que los Estados Unidos demandaron que los comandantes talibanes que tomen medidas de seguridad adicionales para evitar otro atentado suicida en el perímetro del aeropuerto de la capital de Afganistán.

Asimismo, subrayó que no hay indicios de que los talibanes permitieran que ocurrieran los ataques de este jueves.

Por último, toda la situación fue analizada para el canal France 24 por el especialista de movimientos "yihadistas", Wassim Nasr.
"El Estado Islámico acostumbra atacar en Afganistan con suicidas o con coches bomba, como sucedió en julio último contra el palacio  presidencial", introdujo.

Y precisó: "El ataque al aeropuerto golpeó a ciudadanos de los otros países, afganos considerados espías o vendidos o bien encandilados por las luces de Occidente. El blanco ideal para Estado Islámico".

Enseguida explicó que este hecho gravísimo también puso en jaque la capacidad del grupo Talibán para mantener la seguridad en el país. Ahora no se aprecia que puedan brindar tranquilidad siquiera a una ciudad con cuatro millones de habitantes.

También marcó la paradoja que significa para el grupo Talibán quedar "mano a mano con los Americanos contra su enemigo de Estado Islámico.

El gran interrogante está dado en ver si en adelante los Estados Unidos van a bombardear posiciones del EI en Afganistán con aval Talibán.