Afganistán: analistas coinciden que “hay una sensación de que Occidente abandona el juego, se retira y es un mensaje psicológico muy grave”.
Dos coroneles retirados del Ejército de Estados Unidos y dos analistas en seguridad y crimen organizado argentinos explicaron las razones del colapso y la tragedia de Kabul.
“El talibán representa una victoria de los conservadores contra los liberales”. El coronel (R) estadounidense, Andy Stewart, experto en inteligencia, explicó en pocas palabras la visión ideológica del talibán, movimiento autodenominado como el Emirato Islámico de Afganistán, una organización político-militar fundamentalista islámica que se ha alzado con el poder luego del colapso del gobierno de Hamid Karzai que era sustentado por las potencias occidentales de la OTAN.
El Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) organizó un encuentro virtual cuya premisa principal fue analizar la “situación en Afganistán: Seguridad y crimen organizado”, que se desarrolló el miércoles 25 de agosto, un día antes del cruento ataque con hombres bomba en el aeropuerto de Kabul, capital de Afganistán, que dejó, en principio, cerca de 60 muertos.
Desde luego que los recientes hechos que mostraron la desesperación del pueblo afgano por escapar de su propio país y el colapso y derrumbe del gobierno pro occidental de Hamid Karzai fueron los temas principales de análisis sumado al descontrol observado en la evacuación del propio personal estadounidense, de los funcionarios de los países aliados de EE.UU. y de los civiles afganos que colaboraron en el gobierno depuesto.
Juan Belikow, catedrático de la Universidad de Buenos Aires y de Columbia experto en temas de seguridad, afirmó “la situación puede ser peor que en el 2001. Porque hay una sensación de que Occidente abandona el juego y se retira y es un mensaje psicológico muy grave. La percepción que hay de parte de Occidente, respecto del mundo en vías de desarrollo, es que Occidente no tiene respuestas propositivas, proactivas para resolver problemas, sólo tiene respuestas reactivas. Y, hoy por hoy, para estos grupos que manejan muy bien las redes de internet, la percepción es más importante que la realidad”.
En ese sentido el experto aseguró que el fenómeno no era de civilización o barbarie. “Los talibanes representan, en todo caso, una barbarie activa en las redes sociales y muy experta para utilizar modernas herramientas de tecnología que le sirvió para contactarse con la población y dejar su mensaje”.
El coronel (R) Stewart sostuvo “...en mi opinión, durante la presidencia de Donald Trump, en la que se ingresó en negociaciones con los talibanes, el mensaje que dimos en esas rondas de negociaciones en Doha, Qatar, fue, ya que ni nosotros ni ustedes pudieron ganar la guerra porque no hacemos un gobierno nuevo que represente a los dos lados en pugna. Ahora bien, para un afgano eso es abandonar la lucha. El talibán fue a los representantes del ejército afgano de Hamid Karzai y les dijo, palabras más palabras menos, si ellos, por los estadounidenses, están pensando en abandonar porque ustedes no hacen lo mismo y bajan las armas. Esa fue una de las razones por las que se desmembró todo tan rápido”.
El analista argentino Edgardo Buscaglia, con experiencia de campo en Afganistán como asesor de la ONU, ofreció otro factor importante en la pérdida de legitimidad del gobierno civil que terminó por colapsar. La corrupción imperante en las altas esferas. “Cuando trabaje en Afganistán, junto a dos generales estadounidenses, se intentó combatir la corrupción. El gobierno de Hamid Karzai fue investigado por intentar lavar 800 millones de dólares y fue denunciado por un grupo anti corrupción en el cual participé en la investigación realizada. Pero los funcionarios de la Casa Blanca en Washington y en las capitales europeas nos dieron la orden de frenar las investigaciones para evitar que el gobierno de Karzai fuera enjuiciado y no terminar por desestabilizar al círculo político de Hamid Karzai. Fue un nuevo error, porque la corrupción era al más alto nivel y al trascender a la opinión pública, se pensó que las potencias occidentales cubrían a los corruptos y eso explica, también, la ausencia de legitimidad y poder social de este gobierno que se derrumbó caóticamente”.
Juan Belikow agregó que a la corrupción imperante en el gobierno civil se sumaron temas como “ los bajos salarios de las fuerzas de seguridad con policías sin cobrar desde hacía cuatro meses. Existían 50.000 policías, en un país en situación de guerra civil. Un país difícil de controlar, con regiones remotas y con corrupción básica en todos los niveles. Estamos hablando de un número muy bajo de agentes de seguridad apenas 125 policías por cada 100.000 habitantes que representa una quinta parte de la cantidad de policías que hay en la Argentina. Había policías fantasmas, que estaban en la nómina salarial pero que no existían en la realidad sólo servían para aumentar los presupuestos. Todo esto posibilitó que creciera la desconfianza de la cooperación internacional. Y creció la desconfianza de las fuerzas locales hacia las fuerzas extranjeras que estaban bien equipadas y seguras. Afganistán perdió 70.000 hombres desde que comenzó esta guerra civil”.
El contexto de lucha civil fue resaltado por Edgardo Buscaglia que trabajó en Afganistán durante más de cuatro años. Con una gran experiencia de campo se encargó, a través de programas de Naciones Unidas y de países europeos, de capacitar a fiscales y jueces de Afganistán para que puedan coordinar sus casos por actos de terrorismo tipificados en 19 convenciones de la ONU. Causas cuya investigación se extendió a 37 países donde las células islamistas preparaban actos terroristas y a través de ese tipo de capacitación judicial se logró prevenir actos concretos de terrorismo en suelo europeo y americano.
Para comprender la crisis
Para comprender la crisis afgana hay que analizar que “el poder real está alejado del marco constitucional. Había una Constitución y un presidente formal pero el poder real estaba en los grupos tribales. Hubo un aumento de inversión en capital social, educación, salud pública, el 60 % de los estudiantes eran mujeres. Nosotros estábamos trabajando con redes de la sociedad civil que eran mujeres, doctoras que nos daban reportes y les dábamos protección de la OTAN. Varias de ellas fueron asesinadas por fuerzas talibanas. Pero todo ello no impidió tomar nota que el poder real es el de los grupos étnicos y religiosos que son los que proveen bienes y servicios a la población. Uno hablaba con el gobernador civil pero nosotros debíamos pedir permiso a los jefes de grupos paramilitares con legitimidad social. Algunos de ellos trabajaban con fuerzas de la OTAN pero no respondían al poder civil afgano”.
Para Buscaglia, “…esta esquizofrenia entre el sistema formal y constitucional y el poder real deviene siempre en guerras civiles. Cuando existen marcos constitucionales ajenos a la tradición socio jurídica y a la realidad política de esos países siempre terminan sus poblaciones sufriendo guerras civiles. Y esto va a seguir con los talibanes porque no van a poder constituir un Estado nacional. Van a ser ayudados por China, por Rusia, y el dinero chino va a ser muy importante para moderar a los talibanes. Para que dejen de ejecutar a hombres y mujeres cometiendo crímenes de lesa humanidad de manera diaria. Cuando decimos barbarie hablamos del uso sistemático de crímenes para poder gobernar y es lo que va a suceder. Una crisis humanitaria, hoy al igual que ayer, durante la década del ’90”.
Andy Stewart sumó su análisis a la debacle en Afganistán “no es toda la culpa de Joe Biden esto viene de George Bush hijo. Bush ganó la guerra en 2002, y después de hacerlo tan fácilmente intentamos corregir la vida política de Afganistán y eso fue un fracaso. El verdadero ganador es Pakistán. Pakistán ganó la guerra. Porque la OTAN no entendió nunca a Pakistán. Ellos están tratando de evitar un conflicto nuclear con la India y para Pakistán importa que Afganistán sea su aliado. Y no un aliado indio”.
Juan Belikow sostuvo que “ a propósito de Pakistán, comparte una etnia y tiene un grupo talibán propio en un juego político poco claro. La situación regional es muy compleja tras la retirada estadounidense. El narco y el opio regresaron desmesuradamente y producto del cultivo de estas sustancias ingresaron, 1600 millones de dólares anuales en promedio para los talibanes. En el 2001 hubo desabastecimiento de opio y comenzaron a producir de nuevo. Hoy, también realizan contrabando de litio, un mineral clave para China por la conversión tecnológica. China también tiene una presencia mayor en Afganistán. De cualquier forma, hacia el futuro, la decisión estadounidense de retirarse me hace preguntar si el próximo paso es la retirada de fuerzas de Siria”.
El Coronel (R) del Ejército de Estados Unidos, Alex Crowther, enumeró tres problemas en la estrategia de la OTAN. “El primer problema está relacionado con Pakistán porque fue imposible derrotar a los talibanes que se refugiaron en su territorio. El segundo problema fue que la guerra se convirtió en opcional para la OTAN pero para los talibanes fue una cuestión existencial y, por último, los EEUU intentaron crear un estado en Afganistán. Una democracia basada en los derechos del individuo que no es útil en esta cultura”.
Para Crowther, “el gobierno de Biden no creyó que se desmoronaría el gobierno civil de Afganistán tan rápido. El colapso los tomo de sorpresa. Pero es obvio que su nivel de calificación fue muy bajo para sacar a la gente de la embajada y extraer personal de nuestros aliados, Alemania, Francia, Italia y eso es un horror. Es un fracaso total de la planificación para las FF.AA. y para el departamento de Estado que tiene la prioridad de organizar una evacuación en tiempo y forma”.
Acerca del futuro sombrío que se extiende sobre la población afgana Edgardo Buscaglia sostuvo “si las potencias regionales, China, Pakistán, no logran moderar a los talibanes para que incorporen una constitución confederada que contenga a todos los grupos étnicos y religiosos va a ser imposible que Afganistán salga de su guerra civil y crisis humanitaria”.
Andy Stewart cerró sin comprender porque los líderes estadounidenses creyeron que los talibanes habían cambiado. “El talibán representa una victoria de conservadores contra liberales. Los talibanes ideológicamente nunca han cambiado. Además, son nacionalistas y nunca pudieron derrotarlos. En toda su historia nunca ha ganado una fuerza extranjera, basta con recordar que los musulmanes demoraron 700 años en conquistar el país asiático”.