El paso de un destructor de la marina de los Estados Unidos por el estrecho de Taiwán desató la cólera China que planteó su plena disposición a responder "provocaciones".

El incidente mella un poco más la ya de por sí desgastada relación entre ambas potencias.

La navegación por cercanías de China del destructor de misiles guiados estadounidense USS John Finn de la clase Arleigh Burke es la tercera de una nave de sus características con bandera norteamericana desde que Joe Biden asumió el cargo de presidente.

Según un comunicado de la Séptima Flota de la Marina de los Estados Unidos, el destructor de misiles guiados estaba realizando "un tránsito de rutina" según la ley internacional. 

"El tránsito del barco a través del estrecho de Taiwán demuestra el compromiso de EE.UU. con un Indo-Pacífico libre y abierto. El Ejército de EE.UU. continuará volando, navegando y operando en cualquier lugar que permita la ley internacional", reza el comunicado.

Las autoridades chinas no se quedaron en silencio.

Emitieron una respuesta contundente.

Alegan que este paso "socava la situación regional, dañanado gravemente la paz y la estabilidad en todo el estrecho de Taiwán", indica el sitio Actualidad.rt.com

"El destructor estadounidense de misiles guiados USS John Finn (DDG-113) navegó a través del estrecho de Taiwán el 10 de marzo para promocionar la llamada 'libertad de navegación'. China se opone firmemente a ello", sentenció este jueves el coronel Zhang Chunhui, portavoz del Comando del Teatro Oriental del Ejército chino.

Agregó que las fuerzas chinas han realizado un seguimiento del destructor estadounidense, "manteniéndose en alerta máxima y preparándose para responder a todas las amenazas y provocaciones", enfatizó Zhang.

El 25 de febrero, otro buque de guerra estadounidense, USS Curtis Wilbur, navegó por el estrecho de Taiwán.

A principios de febrero, una misión similar en el estrecho de Taiwán fue realizada por el destructor USS John S. McCain. 

Las incursiones de naves de los Estados Unidos por cielos y mares del mundo generando incidentes diplomáticos ya son habituales.

Corea del Norte, Rusia y Venezuela han reaccionado de manera virulenta en los últimos tiempos pero también la Argentina reclamó -de manera tímida y finalmente confusa- por el paso de uno de esos barcos en cercanías de las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña.