Matías Aragone (44), el hombre que asesinó a puñaladas a su mujer delante de sus hijas en Córdoba, estuvo preso por amenazas contra la víctima, pero el juicio nunca se llevó a cabo por una insólita decisión de la Oficina Centralizada de Violencia Familiar de la provincia. 

Fue en 2019 cuando el femicida estuvo privado de su libertad por amenazar con un cuchillo a Carmen Aguirre y por violación de domicilio.

Por estos hechos Aragone, imputado por los delitos de amenazas calificadas y violación de domicilio, tenía que llegar a juicio. 

Sin embargo el veredicto nunca se escuchó porque no hubo juicio. Meses después de cometer los delitos fue liberado y a pesar de que el fiscal de Violencia de Género y Familiar, Pablo Camacho, solicitó que el caso fuera elevado a juicio oral, la Justicia tomó una inesperada decisión.

La Cámara 7° del Crimen decidió enviar el expediente a la Oficina Centralizada de Violencia Familiar y fueron los integrantes de dicho organismo quienes consideraron que “no era de juzgamiento prioritario porque el hombre no tenía antecedentes”.

El equipo interdisciplinario que evaluó el caso y determinó que “no existía riesgo” para la víctima por lo que en febrero de este año la causa preescribió.

Cómo fue el femicidio que sacudió a Córdoba

Fue en la noche del lunes de Navidad en una vivienda ubicada en la calle Ameghino 58 cuando la víctima le había pedido a su pareja que deje de tomar porque estaba muy borracho.

Ese pedido enfureció al agresor que sin medir palabras comenzó a atacarla con un cuchillo de cocina hasta matarla. Este estremecedor femicidio ocurrió delante de sus hijas de 9 y 11 años que de inmediato salieron a pedir ayuda.

"La están apuñalando, la están apuñalando", expresó una de las menores a los vecinos que de forma inmediata dieron aviso a la Policía. 

En un principio Aragone intentó quitarse la vida, pero luego quiso enfrentarse con la Policía y allí recibió dos tiros que le ocasionaron la muerte horas después.