Lázaro, el chico de 13 años que había sido golpeado por una patota en Córdoba, volverá a su casa para Navidad
El adolescente había recibido un piedrazo a mitad de noviembre que lo dejó en coma por hundimiento de cráneo.
Lázaro Rivarola, el adolescente de 13 años que a mitad de noviembre había recibido una brutal golpiza por parte de una patota en Córdoba y estuvo en coma, volverá a su casa para Navidad.
La noticia la confirmó su mamá en diálogo con Cadena3: "Estamos muy felices por la noticia de que Lázaro va a casa".
En principio el parte médico daba por entendido que era casi imposible que haya una buena evolución en su diagnóstico y en este sentido Mariela contó: "Fue durísimo, pero ver todo el avance de mi hijo hasta hoy es increíble y milagroso, porque es un milagro".
El caso trascendió a nivel nacional ya que el menor sufrió la agresión días después del ataque a Lautaro Alvaredo, el joven de 19 años que el 9 de noviembre fue golpeado a la salida de un boliche en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere.
En este hecho el joven murió después de estar casi 20 días en coma y con respirador artificial en la clínica Mariano Moreno.
Acerca de los responsables del caso en Córdoba, la Justicia detectó que fueron 16 chicos en total que atacaron a Lázaro y a un amigo en la plaza Jerónimo del Barco.
En este sentido, un menor de 14 años fue detenido por ser el principal acusado de atacar a Rivarola y tirarle en la cabeza un pedazo de cordón de vereda.
La jueza del fuero penal juvenil, Nora Giraudo, ordenó que le menor sea destituido de su vivienda y sea alojado en el instituto de menores Complejo Esperanza luego de haber sido imputado por tentativa de homicidio.
A pesar de que para la familia de la víctima la detención del agresor es un alivio, al ser menor de 16 años es inimputable.
Lázaro habló con la prensa en su salida del hospital donde contó estar bien y que seguirá con sus sesiones de fisioterapia ya que estuvo más de un mes en cama.
Ante las cámaras le agradeció a su familia y amigos por haber estado junto a él y con lágrimas en los ojos aseguró que su deseo de Navidad ya se cumplió luego de estar diez días en coma.
“Tengo muchas preguntas, no sé si rencor. Somos una familia trabajadora, no tiramos manteca al techo, y mis hijos se crían en un contexto familiar normal, no tienen los lujos que quisiéramos darles, pero tienen buenos valores y respetan a los demás”, sostuvo Mariela.
Sobre el detenido señaló que todavía no puede comprender "por qué ocurrió lo que le pasó" a su hijo y que por este motivo continuará con su lucha para pedir justicia.
“Tenemos una felicidad enorme y siempre agradecida al de arriba que lo voy a tener en mi mesa el 24 a la noche”, concluyó.