Un ataque ucraniano con misiles dejó dos muertos en el oeste de Rusia y otra incursión con drones incendió una refinería de petróleo el sábado, en el segundo día de unas elecciones que, según el presidente Vladimir Putin, Kiev trata de perturbar.

 La guerra de Ucrania ha ensombrecido la votación en las elecciones de tres días, que casi con toda seguridad otorgarán a Putin seis años más en el Kremlin.

 La jefa de la comisión electoral, Ella Pamfilova, declaró que hasta la fecha se habían producido 20 incidentes de personas que intentaron destruir las papeletas de voto vertiendo diversos líquidos en las urnas, así como ocho casos de intento de incendio provocado y una bomba de humo.

   En la región de Belgorod, donde los ataques transfronterizos desde Ucrania se han convertido en algo usual, el gobernador informó la muerte de un hombre y una mujer. Un video obtenido por Reuters mostraba incendios y sirenas de ataque aéreo sonando en las calles vacías de la ciudad de Belgorod.

  Dmitry Azarov, gobernador de la región de Samara, a 850 km al sureste de Moscú, declaró que la refinería de Syzran estaba ardiendo, pero que se había frustrado un ataque contra una segunda instalación.

  El incendio se controló horas más tarde, según las autoridades, pero los incidentes pusieron de relieve la capacidad de Ucrania para atacar a cientos de kilómetros dentro del territorio ruso contra su industria energética.

  El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber repelido los intentos de las fuerzas ucranianas de cruzar la frontera hacia la región de Belgorod. El gobernador Gladkov declaró que, dada "la situación actual", las escuelas de gran parte de la región cerrarían el lunes y el martes, y que los centros comerciales de la ciudad de Belgorod cerrarían el domingo y el lunes.

  Ucrania atacó repetidamente esta semana suelo ruso, sobre todo refinerías de petróleo. Rusia lanzó el viernes su ataque más mortífero en semanas, cuando sus misiles alcanzaron una zona residencial de la ciudad portuaria ucraniana de Odesa, en el Mar Negro, dejando al menos 20 muertos y 70 heridos.

El dominio de Putin

El poder de Putin no está amenazado. A sus 71 años y en el cargo de presidente o primer ministro desde el último día de 1999, domina el panorama político ruso y ninguno de los otros tres candidatos en liza presenta un desafío creíble.

Sus principales críticos están en la cárcel o han huido al extranjero, lo que ha llevado a la oposición a calificar la votación de farsa.

El opositor más conocido de Rusia, Alexei Navalny, murió en una colonia penal del Ártico el mes pasado y sus partidarios han acusado a Putin de haberlo mandado matar. El Kremlin lo negó, y su certificado de defunción sostiene que falleció por causas naturales.

El Kremlin espera una alta participación para demostrar que el país está unido en torno a Putin.

La participación total había superado el 50% en el segundo día. Algunos de los índices más elevados -cercanos al 70%- se registraron en la región de Belgorod y en regiones de Ucrania controladas por Rusia en las que Kiev afirma que el voto es ilegal y nulo.

El partido gobernante ruso, Rusia Unida, declaró el sábado que enfrentaba un ataque generalizado de denegación de servicio -una forma de ciberataque destinada a paralizar el tráfico web- y que había suspendido los servicios no esenciales para repelerlo.

La agencia de noticias estatal RIA citó a un funcionario de telecomunicaciones que afirmó que el nivel de ciberataques contra Rusia no tenía "precedentes", y culpó de ello a Ucrania y a los países occidentales. Dijo que parte de la actividad había sido rastreada hasta direcciones IP en Europa Occidental y América del Norte.

Durante la votación del viernes se produjeron varias protestas, entre ellas el vertido de tinta en las urnas y el lanzamiento de un cóctel molotov en un colegio electoral de la ciudad natal de Putin, así como ciberataques.

(Reporte de Reuters, escrito por Mark Trevelyan y Felix Light. Editado en español por Javier Leira, Reuters)