Cada año, el Día Mundial del Sueño nos recuerda la importancia del descanso para nuestra salud física y mental. Sin embargo, muchas personas enfrentan dificultades para dormir bien debido a malos hábitos y factores externos que afectan la calidad del sueño. Cambiar depende de cada uno.

Hoy día vivir en grandes ciudades como Buenos Aires, Córdoba o Rosario por mencionar al podio de las más densamente pobladas de Argentina o hacerlo en localidades más pequeñas, si bien hay grandes diferencias, cuando de trabajo se trata, los horarios muchas veces no permiten llevar a cabo una rutina balanceada y pareja porque muchas empresas, aún teniendo sus bases en poblados más chicos replican horarios corridos como en las grandes ciudades por diversos motivos como la comodidad y la sincronía laboral con sus clientes por ejemplo, o es muy poco el espacio entre el cierre al mediodía y el regreso a las tareas, complicando así no solo el tiempo para una alimentación adecuada, sino también, no da espacio para el descanso que el cuerpo necesita para rendir lo que debe en la vida en general.

Por eso, tratar de lograr un equilibrio es importante porque dedicarle entre 20 y 40 minutos diarios a la siesta para descansar el cuerpo y la mente es fundamental para poder estar plenos en las tareas que demanda la rutina laboral y en la vida en general. A esta rutina, se le puede sumar la regla denominada 20-20-20 que, si bien no es dormir para recuperar sueño acumulado y descansar, si sirve para generar un espacio entre tareas que ayuden a relajar y seguir.

De noche, lo ideal es optar por cenas ligeras y saludables, como ensaladas. Foto: Agencia Noticias Argentinas - Freepik.

En este sentido, es posible que, con pequeños cambios diarios, es posible mejorar la higiene del sueño y disfrutar de un descanso más reparador. En este Día Mundial del Sueño, vale la pena reflexionar sobre los hábitos y tomar medidas para cuidar la salud a través de un buen descanso.

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Además de necesario, dormir es placentero, pero, no significa que la persona necesariamente descanse al hacerlo, ya que, muchas veces los sueños son invadidos por las preocupaciones diarias y, para lograr erradicar ese aspecto, crearse el espacio temporal como espacial es justo para una mejor calidad de vida.

Cinco consejos esenciales para mejorar tu descanso y despertar con más energía.

  • El poder de una rutina de descanso

Uno de los pilares fundamentales para dormir mejor es mantener horarios regulares. Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj biológico. Esto favorece un descanso más profundo y reduce la sensación de cansancio durante el día. Para establecer una rutina efectiva, es recomendable crear un ritual relajante antes de dormir, como leer un libro, practicar respiración profunda o tomar una ducha caliente.

  • La importancia de un ambiente oscuro y tranquilo

El entorno en el que dormimos influye directamente en la calidad del sueño. Un dormitorio oscuro, silencioso y con una temperatura agradable es ideal para favorecer el descanso. Se recomienda utilizar cortinas opacas, evitar ruidos molestos y mantener una temperatura de entre 18 y 22 grados. Además, contar con un colchón y una almohada adecuada es clave para garantizar una postura cómoda y evitar interrupciones en el sueño.

  • Evitar pantallas antes de dormir: clave para un sueño reparador

El uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse es uno de los principales enemigos del buen descanso. La luz azul que emiten las pantallas de celulares, tabletas y televisores inhibe la producción de melatonina, la hormona encargada de regular el sueño. Para mejorar la calidad del descanso, se recomienda evitar estos dispositivos al menos una hora antes de dormir y optar por actividades más relajantes, como la lectura o la meditación.

  • Cenar liviano y tempranos para un mejor descanso

La alimentación también juega un papel importante en la calidad del sueño. Consumir comidas pesadas, picantes o con alto contenido de azúcar antes de acostarse puede provocar malestar y dificultar el descanso. Lo ideal es optar por cenas ligeras y saludables, como ensaladas, yogur con frutos secos o infusiones relajantes como la manzanilla.

  • La actividad física, una aliada del buen descanso

Realizar ejercicio de forma regular contribuye a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, es importante evitar entrenamientos intensos en las horas previas a acostarse, ya que pueden generar un estado de activación que dificulta el descanso. Lo recomendable es hacer actividad física por la mañana o en la tarde y optar por ejercicios relajantes como el yoga antes de dormir.