Irene Hurtig, la hermana de María Marta García Belsunce contó hoy en juicio oral y público que ella le advirtió sobre el acusado Nicolás Pachelo: “Tené cuidado con este tipo porque es peligroso”.

La advertencia que le dio su hermana fue poco antes del crimen y en una situación en la que Pachelo, quien vivía a cuatro casas de la víctima, pasaba por el lugar. 

Además, Hurtig dijo que María Marta creía que Pachelo era quien le había robado a su perro Tom y le exigía rescate por teléfono para devolverlo. 

Adempas, recordó en detalle cómo ese 27 de octubre de 2002 encontró a su hermana muerta “tirada en el piso”.

Llego a la casa de María Marta, subo las escaleras y me encuentro a María Marta tirada en el piso. Guillermo (su esposo hoy fallecido, ndr) le hacía masajes y la masajista boca a boca”, reveló.

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Hurtig cuenta que salió en dos ocasiones en búsqueda de médicos del barrio que vivían allí, pero no se encontraban en sus casa, hasta que dio con Piazza, un estudiante de medicina

“Fueron momentos difíciles y sólo alguien que vivió el schok que estuviste con alguien vivo y de repente te digan que tuvo un accidente y la veías en el piso, reacciona. Uno no puede ni pensar, reacciona”, dijo en referencia a que ella estuvo unos minutos con María Marta cuando ésta había ido a su casa ese domingo.

“Nada indicaba que la habían matado hasta después de la autopsia, hasta ese momento se pensó fue un accidente”, aclaró la esposa del fallecido Guillermo Bartolo, este último acusado inicialmente por encubrimiento junto a otros miembros de la familia de María Marta Belsunce.

La hermana de María Marta también apuntó por “ineficiente” al primer fiscal del caso Diego Molina Pico quien tuvo la hipótesis que sostenía que la familia de la víctima fue quien la mató y encubrió el crimen.

Hay una ineficiencia de Molina Pico, es un delincuente, no puedo entender cómo sigue en las filas del Ministerio Público, es una basura”, expresó Hurtig, a lo que el fiscal Patricio Ferrari le pidió “respeto” hacia su colega puesto que Molina Pico aún detenta el cargo.

“Si usted pasara por lo que yo viví, lo diría con otras palabras”, le retrucó Hurtig, a lo que Ferrari insistió: “le pido por respeto y desarrollo del juicio”.

"Quiero que quede claro que Molina Pico no nos respetó nunca”, cerró Hurtig al tiempo que contó que luego del crimen fue despedida de su trabajo como gerente de una empresa y estudió derecho.

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Pero momentos después, Hurtig volvió a la carga contra el entonces fiscal del caso.

Molina Pico encubrió el hecho y protegió a Nicolás Pachelo, lo hizo a través de su abogado Ribas, lo digo porque analizando todo lo que pasó, uno ve que el doctor intervino sin ser parte y sin que su cliente fuera imputado desde un primer momento”, expresó Hurtig.

En ese sentido, contó que el actual abogado de Pachelo, Ribas, lo llamó a su cliente dos días después de declarar por primera vez en diciembre de 2002, y le dijo que le pague al guardia que lo había vigilado "de ser necesario".

Hurtig también recordó que seis días antes del juicio en 2011, dos fiscales pidieron su detención “por ser supuestamente coautora del homicidio” de su hermana.

La prueba, recordó Hurtig, fue la llamada de Carrascosa al servicio médico pidiendo una ambulancia y donde de fondo supuestamente se escuchaba su voz ubicándola en la casa de los Belsunce. 

“Pidieron mi detención sin temblarles el pulso y nunca me llamaron a indagatoria, lo armaron, y es peligroso”, enfatizó.

Al cerrar su declaración, dijo: “Fue Pachelo, tuvo que ver en la muerte de mi hermana”, y recalcó “las distintas versiones” que dio. Además, denunció que al año del caso María Marta, cometió un hecho similar cuando ingresó a robar a la casa de una mamá de un amigo de fútbol.

La fiscalía incluso le preguntó por su marido, Bartoli, quien fue condenado en su momento por encubrimiento y murió de cáncer en 2014. “Lo lograron quebrar, él perdió la confianza en que las cosas se podían aclarar, salió de la cárcel y a los tres o cuatro meses le detectaron un cáncer”, sostuvo.

La hermana de la víctima reflexionó “cómo la vida podía cambiar en un segundo” y se tomó un chaleco que llevaba puesto durante su declaración y concluyó: “éste saco es de María Marta”.