El boquetero uruguayo César Leonardo Casenave Peña, otro de los delincuentes involucrados en el frustrado robo al banco Macro de San Isidro, fue extraditado desde el país vecino hacia la Argentina.

El hombre aterrizó en el Aeroparque Internacional Jorge Newbery, tras viajar en vuelo de Aerolíneas Argentinas, y fue trasladado por la Policía Federal, que realizó el traspaso de su custodia personal a personal de la Policía bonaerense.

Cazenave Peña, de 47 años, quedó a disposición del fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari.

El acusado de la logística y la planificación del robo fue detenido el 11 de septiembre por efectivos de la Policía uruguaya.

A su vez, el sujeto presenta un sinnúmero de antecedentes penales en el país limítrofe por distintos ilícitos: rapiña agravada y reiterada; trafico de estupefacientes en la modalidad de importación; asociación para delinquir; lesiones; y atentado especialmente grave; entre otros.

Los voceros de la Policía uruguaya señalaron que tiene vínculos con la barra brava del Club Atlético Nacional de Montevideo.

Por el intento de boquete, viralizado por su parentesco con el famoso caso del "Robo del Siglo", hay otros tres detenidos: Nicolás Carpani Romero, Alan Daniel Lorenzo Rodríguez y Alejandro Rosendo López.   

El detrás de escena del frustrado robo a un banco en San
Isidro

Todo comenzó cuando un repartidor que había estacionado su camioneta sobre la calle del banco comienza a sentir ruidos extraños en el chasis del rodado.

Cuando revisó observó que había una varilla metálica en medio de la calle por lo que decidió realizar la denuncia, sin pensar que debajo había un túnel de casi 200 metros que se dirigía a la sucursal y que tenía como fin robar la bóveda del banco, algo que no se logró por tan solo cinco metros.

Lo que sorprendió a los investigadores del caso es que estaban muy bien organizados y detrás tenían una excelente preparación ya que sabían con detalle cada parte del banco.

En este sentido, en las imágenes viralizadas del caso se muestran distintos papeles pegados en una pared del galpón en los que estaban marcados la ubicación de las cajas de seguridad, la posición de las sillas, las distintas alarmas y cómo evitar que los sensores de seguridad se activen.