El fiscal general Pablo Parenti de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños y Niñas (UFICANTE) durante el Terrorismo de Estado contó que buscan unas 300 personas que fueron inscriptas como hijas biológicas o adoptadas durante la dictadura y que ahora "la forma de investigar es distinta".

"Estamos buscando unas 300 personas en un universo de aproximadamente 4 millones de personas que fueron inscriptas como hijas biológicas o adoptadas durante la dictadura. En ese universo enorme hubo muchas inscripciones irregulares y muchas personas que fueron inscriptas como hijas biológicas pero que no son hijas de desaparecidos”, comenta Parenti, quien encabeza la fiscalía especializada desde su creación hace 11 años.

Además, el fiscal explicó que la forma de investigar es distinta, ya que el objetivo de la investigación "es bastante distinto". 

"La búsqueda comienza en plena dictadura. Empiezan a reunirse familiares, que buscaban no solo a sus hijos e hijas desaparecidos, sino que buscaban nietos y nietas. Y ahí se forma la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Creo que el hecho de que las primeras medidas que se toman en la democracia tengan que ver con esto, justamente se relaciona con esa lucha que empezó en plena dictadura. Eso explica que ya en 1984 empieza a funcionar en Argentina un Banco Nacional de Datos Genéticos, que es pionero en el mundo en varios sentidos: en la búsqueda que realiza, pero además en las herramientas científicas que utiliza. Herramientas que también tienen que ver con la actividad de Abuelas de Plaza de Mayo, porque en aquellos momentos la ciencia no tenía herramientas desarrolladas para vincular científicamente a un nieto o nieta con abuelos y abuelas cuando faltaban los padres y las madres", comenta    el fiscal en diálogo con el portal de noticias del Ministerio Público Fiscal de la Nación.

Y agrega: "La ciencia en el mundo se desarrolla también gracias a la inquietud que planteó Abuelas de Plaza de Mayo. En eso hay que reconocer el trabajo de, por ejemplo, un genetista argentino, Víctor Penchaszadeh, que vivía en Estados Unidos, que trabajó junto a Abuelas. También de la genetista Mary Claire King, que hace poco estuvo en el país recorriendo en las instalaciones de la exESMA y la Casa por la Identidad. Fueron personas sumamente importantes en esta historia porque investigaron cómo dar respuesta científica a esta inquietud y eso generó lo que se conoció como “índice de abuelidad”". 

El fiscal también mencionó los hitos de la democracia relacionados a la búsqueda de personas: "el primero fue la creación de un Banco Nacional de Datos Genéticos en 1984 en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires; el segundo hito muy importante es la creación de la CONADI [Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad] en los años ‘90, una época en donde había impunidad, estaban frenados los juicios".

Ante la consulta de cómo se realiza en este momento la búsqueda de quienes tienen dudas sobre su identidad, el fiscal explicó: "Estamos buscando desaparecidos con vida y la forma de investigar es distinta, el objetivo de la investigación es bastante distinto. Hacía falta una herramienta específica. Primero se elaboró un protocolo de actuación, con pautas para la investigación de estos casos, y meses después se creó en 2012 la Unidad especializada para casos de apropiación de niños y niñas. Una de las metas fundamentales de la Unidad de apropiación era agilizar los procesos de resolución de los casos que se denunciaban ante la justicia, acortar el tiempo de 22 o 24 meses, que fue el cálculo realizado por Abuelas de Plaza Mayo sobre el lapso que transcurría entre una denuncia y la realización del peritaje de ADN en ese caso, y eso la verdad que se logró". 

Desde la creación de la UFICANTE se realizaron casi 1.400 investigaciones preliminares, de los cuales casi 1.000 casos fueron judicializados, algunos fueron archivados, y se hicieron 52 exhumaciones de familiares de desaparecidos en estos últimos dos años.