La Democracia y su consolidación tienen un profundo significado, que va más allá de los errores o desaciertos en las decisiones que se puedan haber tomado en la Argentina a lo largo de los últimos 40 años. Pero la elección de los caminos a seguir siempre es mucho mejor que sean por la vía democrática a que sean las dictaduras las que definan el destino de un pueblo. 

El regreso de la democracia en 1983 permitió que nuevamente viviésemos en un marco de respeto, de libertad, de búsqueda de consensos, aunque no siempre logrados, pero por lo menos ha sido una forma digna de tomar las decisiones.

En este momento estamos en el inicio un período de continuidad democrática a partir de la asunción del nuevo presidente, Javier Miel, que despierta dudas o sospechas sobre la calidad democrática en la toma de decisiones, pero yo creo que no es así.

Cuarenta años de democracia: memoria y balance

Las instituciones en la Argentina están respaldadas por un fuerte sentimiento a favor de la vida democrática y de respeto a la Constitución Nacional.

El nuevo Presidente ha dicho que su programa de gobierno es el de la Constitución Nacional y el respeto estricto a los postulados de la Constitución.

Esperemos que sea así y que las instituciones funcionen correctamente: está la mejor garantía que tiene el pueblo argentino para seguir transitando el camino democrático.

Milei no sólo merece el respeto y la consideración, sino depositar en él la expectativa y la esperanza de una vida democrática e institucional fortalecida.

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Del retorno a la democracia rescato los enormes sueños, la capacidad del pueblo a soñar en una vida diferente, de pensar que la justicia social era un camino que nos conducía a una vida mejor y más digna. Aquello de Raúl Alfonsín que "con la democracia se educa, se come, se cura", eran sueños de hombres y mujeres de la época que impregnaban el hacer de cada uno de los dirigentes que tenían que ocupar cargos institucionales en la vida argentina.

Creo que hoy una de las cosas que es añorable, es que los dirigentes políticos han perdido la capacidad de soñar. No hay sueños, y cuando no hay sueños hay intereses personales que muchas veces chocan con el interés general. Para mí, éste es un tema trascendente que el pueblo argentino tiene que recuperar.

Por eso junto a La Libertad Avanza el presidente Milei logró este caudal de votos enorme. Milei pretende, instaurar en el pueblo argentino el sueño de la libertad, un sueño por el que la humanidad luchó siempre. Lo ha logrado y de buena manera. Yo prefiero la lucha por los sueños y la esperanza de un futuro mejor, contra la lucha por los intereses personales.

Según la doctrina de Juan Domingo Perón, que yo sigo, la verdadera democracia es hacer lo que el pueblo quiere y defender un solo interés, el del pueblo argentino. Si yo tomo esa definición y pienso en el presente y el futuro argentino, le tengo que decir a todos los dirigentes justicialistas de la Argentina que deben respetar a rajatablas el mandato del pueblo argentino, porque se expresó en una forma contundente y nosotros debemos acompañar y apoyar lo decidido por el pueblo.

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Ésa es la forma de reafirmar la democracia en la Argentina. Los que están tratando de hacer picardías, considero que eso no conduce a la reafirmación de los principios democráticos, sino todo lo contrario. Yo soy de los que creen que, si respetamos la Constitución y la ley a rajatablas y las instituciones, el país irá por mejor camino.

En consecuencia, hay que eliminar del pensamiento de los dirigentes las sospechas, las dudas que están planteando o que pretenden sostener sobre el futuro democrático de Argentina.

Si acompañamos institucionalmente a este Gobierno, la Argentina continuará por un camino democrático sin lugar a dudas. Otra cosa diferente es ser crítico a medidas que pueda tomar el Gobierno. Pero éso es parte del ejercicio democrático: votar en el Parlamento contra una medida, defender posiciones desde las instituciones es la obligación democrática.

En definitiva, la democracia no es un único criterio, sino la defensa de la diversidad, pero dentro del marco general del cumplimiento de la Constitución y la ley.

Seguí el minuto a minuto de la asunción de Javier Milei

Tengo el sabor muy agradable de haber cumplido siempre con el pueblo de San Luis y el pueblo argentino, por haber contribuido en aquellos días difíciles de diciembre del 2001 y haber consolidado la vida institucional cuando el Parlamento se hizo cargo de una crisis inesperada y muy difícil, donde yo fui un protagonista especial. Así creo que contribuí humildemente a consolidar la vida democrática.

Como dirigente político creo, además, que siempre cumplí con la palabra empeñada. Yo nunca tuve problema de gobernabilidad, porque nunca hice una cosa diferente a la que yo me había comprometido hacer. Por eso siento el sabor del deber cumplido y la alegría del reconocimiento del pueblo de San Luis y de los argentinos.