Grupos armados se acercaban a la prisión más grande de Haití el sábado por la noche, 
desafiando a las fuerzas policiales que pidieron ayuda después de días de tiroteos en partes de la capital, mientras el líder de una importante pandilla busca derrocar al primer ministro Ariel Henry.

Dos de los principales sindicatos policiales del país caribeño pidieron ayuda para impedir que los reclusos, muchos de ellos considerados delincuentes de alto perfil, huyan de la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe.

No estaba claro cuántos habían huido de la prisión, una cifra que el periódico Gazette Haití calificó de "significativa". 

Algunos detenidos se mostraron reacios a salir en masa por miedo a morir en un fuego cruzado, dijeron fuentes a Reuters.

La penitenciaría, construida para albergar a 700 prisioneros, albergaba a 3.687 hasta el momento.

Los agentes de policía asignados a la prisión abandonaron las instalaciones el sábado, según informa el medio local AyiboPost.

Los intensos disparos causaron pánico en los últimos días después de que el líder de la pandilla Jimmy Cherizier, un ex oficial de policía, llamara a los grupos criminales a unirse y derrocar a Henry.

Cherizier, también conocido como Barbecue, encabeza una alianza de pandillas y enfrenta sanciones de la ONU y Estados Unidos.