Una huelga convocada por el sindicato de servicios Ver.di paralizó este jueves buena parte del transporte público de Berlín, donde se registró a consecuencia un aumento del tráfico rodado con embotellamientos en varios puntos. 

El paro -que afectaba al metro, los autobuses urbanos y los tranvías, todos ellos operados por la empresa municipal BVG- comenzó a las 03:00 de la mañana y se prolongará hasta las 14:00 horas del viernes.

Circulaban por el contrario los trenes de cercanías, operados por otra empresa. 

Como reacción a la huelga, la BVG (que cuenta con unos 16.000 empleados) decidió cancelar una ronda de negociaciones que estaba prevista para este viernes, con el argumento que la medida de protesta supone "una escalada innecesaria". 

En otras regiones y ciudades también se anunciaron huelgas, detalló el sitio dw.

No así en Baviera, donde los convenios colectivos están todavía vigentes, ni en el Sarre, donde la negociación colectiva alcanzó un acuerdo.

  El día principal de movilizaciones está anunciado para mañana viernes. 

En algunas ciudades, se celebrarán también manifestaciones del movimiento climático Fridays for Future, que en una carta al canciller Olaf Scholz protesta por la destrucción del transporte público local desatendiendo los objetivos climáticos. 

El transporte público ya había quedado completamente paralizado en casi toda Alemania el pasado 2 de febrero por una huelga de advertencia convocada por Ver.di, que amenazó después con una ola de paros.

También comenzó este jueves otra huelga de dos días en Renania del Norte-Westfalia, que afecta a una treintena de empresas de transporte municipales en esa populosa región del oeste del país. 

La participación está siendo alta, declaró un portavoz sindical citado por los medios alemanes, que informaron de que en el estado federado en cuestión no circularán apenas el metro y el tranvía en las próximas 48 horas.

Los paros, a los que se suma una huelga de 48 horas en la Baja Sajonia (norte), se enmarcan dentro de una semana de 
movilizaciones de los empleados del transporte municipal de todo el país -con la excepción de la región meridional de Baviera-, que arrancó el lunes y culminará con una jornada de manifestaciones en toda Alemania este viernes 1 de marzo. 

Con ello, el sindicato Ver.di quiere presionar a la patronal del sector en la negociación de los convenios para los aproximadamente 90.000 empleados de las empresas municipales de transporte.

Entre las principales reivindicaciones compartidas figuran la reducción de horas de trabajo a la semana, más tiempo de descanso entre turnos, más vacaciones, días libres adicionales para los trabajadores por turnos y de noche, la limitación de turnos partidos y la reducción del tiempo no remunerado en el servicio de conducción.