Los candidatos a las elecciones presidenciales en Irán de este viernes prometieron reactivar la debilitada economía, pero los votantes ven pocas perspectivas de alivio de la crisis del costo de vida sin el fin de las sanciones y del aislamiento internacional de Irán. La lucha diaria de los iraníes comunes y corrientes para llegar a fin de mes es un desafío persistente para los clérigos gobernantes de Irán, que temen un resurgimiento de las protestas que estallaron periódicamente por parte de comunidades de ingresos bajos y medios, enojadas por soportar dificultades.

El restablecimiento de las sanciones estadounidenses en 2018 afectó las exportaciones de petróleo de Irán, recortando los ingresos del gobierno y obligándolo a tomar medidas impopulares como aumentar los impuestos y generar grandes déficits presupuestarios, políticas que aumentaron la inflación anual cerca del 40%. Aunque el país evitó un colapso económico total, gracias principalmente a las exportaciones de petróleo a China y a los mayores precios del crudo, las ventas del producto al exterior todavía están por debajo de sus niveles anteriores a 2018, todo según un análisis de la agencia de noticias Reuters.

La mayoría de los candidatos que buscan reemplazar a Ebrahim Raisi luego de su muerte en un accidente de helicóptero el mes pasado dicen que planean emular su política de autosuficiencia económica y más vínculos comerciales con Asia. Otros defendieron relaciones más amplias con el mundo sin ofrecer medidas prácticas para abordar las sanciones.