Médicos que atienden al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, después de que el mandatario fuera ingresado al hospital militar de Brasilia por dolores abdominales decidieron trasladarlo a un sanatorio de San Pablo. Allí estaba previsto que el jefe de Estado sea sometido a unos exámenes para determinar si era necesario someterlo a una cirugía de emergencia debido a una obstrucción intestinal.

Según el propio Bolsonaro, su dolencia podría asociarse al apuñalamiento del que fue víctima cuando estaba en campaña presidencial en 2018. El presidente de Brasil ingresó más temprano este miércoles al hospital militar de Brasilia para someterse a estudios médicos.

“Por consejo médico, el presidente estará en observación por un período de 24 a 48 horas, no necesariamente en el hospital. Está animado y bien”, se informó mediante un comunicado del Gobierno del país vecino. Por el momento, no habría mayores complicaciones. No obstante, los médicos observan la evolución del jefe del Palacio de Planalto para descartar alguna patología grave.

El hecho de que Bolsonaro haya padecido el coronavirus hace que seguramente se tomen mayores precauciones ante un síntoma, que de ninguna manera puede ser subestimado.

 Bolsonaro ha sido un problema durante su presidencia, luego de que fuera apuñalado y gravemente herido en los intestinos durante la campaña electoral en 2018, recuerdan medios informativos internacionales este miércoles.

Según reporta CNN Brasil, el mandatario sufrió dolor durante la noche por lo que fue llevado al hospital.

Bolsonaro fue ingresado en el hospital de las Fuerzas Armadas en Brasilia, bajo la guía de su equipo médico.

Tenía hipo

Se confirmó que padecía hipo y eso le provocó dolores abdominales, según la Secretaría Especial de Comunicación Social de Brasil.

Bolsonaro sufrió episodios de hipo durante la última semana, pero según las fuentes, el presidente se sentía bien.

También se estaba evaluando la posibilidad de realizar una cirugía en los próximos meses para extirpar una hernia en la región abdominal.

Hasta la Argentina llegó el buen humor del presidente vecino cuando vaticinó cinco goles de Brasil en la final de la Copa América.

Pero el sábado por la noche en Brasilia, la historia futbolística en la que el mandatario se había enredado, se selló con un 1 a 0 a favor de la Argentina.