El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó este martes una severa advertencia a la Corte Suprema de Justicia. Lo hizo después de participar de una ceremonia de izamiento de la bandera brasileña junto a los ministros y legisladores en el Palacio de la Alvorada. 

Justamente, mientras Bolsonaro volvió a apuntar contra jueces que ordenaron investigarlo, dos de los magistrados más atacados por el mandatario, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luís Roberto Barroso, y el magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes, llamaron a
respetar la democracia, un pedido que también hicieron políticos opositores.

El mandatario cantó el himno nacional rodeado de niños y acompañado por el sonido de implosiones de tanques de guerra, según informó la prensa internacional.

Bolsonaro habló frente a sus seguidores en la Explanada de los Ministerios, en el marco de la marcha que mantenía en alerta a Brasil el día en que se celebra la independencia del país. 

"No podemos seguir aceptando esto. El que actúe fuera de la ley, que se encuadre o se prepare para irse", disparó Bolsonaro ante una multitud, en Brasilia.

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En un tono que fue catalogado por los medios locales como "amenaza golpista", el mandatario lanzó: "O el jefe de ese Poder [Judicial] pone en caja a uno de los jueces de la Corte o ese poder puede sufrir aquello que no queremos que ocurra".

Se refería al Supremo Tribunal Federal (STF), que abrió investigaciones contra él y su entorno, entre otros motivos por propagación de falsas informaciones. 

"No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero (...) no podemos permitir que una persona ponga en riesgo nuestra libertad", expresó. 

No faltó tampoco el tono místico en las palabras del presidente brasileño. "A partir de hoy empieza a escribirse una nueva historia en Brasil.  Pido a Dios que, más que sabiduría, me dé fuerza y coraje para decidir debidamente. Las decisiones no son fáciles. No elijan el lado de la confrontación. Siempre estaré junto al pueblo brasileño", dijo el presidente a la multitud.

Temprano por la mañana, antes de salir a saludar a sus partidarios, Bolsonaro afirmó en una declaración por Facebook que hoy es "el día del pueblo y el pueblo dirá adónde el Gobierno deba ir".  "Nuestro país no puede seguir rehén de una o dos personas. O vuelven al eje o serán ignoradas de la vida de la política. Yo seguiré dentro de las cuatro líneas de la Constitución pero no admito que otras personas violen la Constitución", dijo. 

La prensa internacional apunta que hizo referencia al juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, que lo investiga por actos antidemocráticos.

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"Ahora quiero ser apenas el vocero del pueblo", afirmo el mandatario en un video en el interior del Palacio de la Alvorada, sede presidencial, al lado de un coro de niños y de activistas con remeras con la inscripción Bolsonaro 2022. 

Bolsonaro había afirmado días pasados que esperaba movilizaciones multitudinarias para enviar un "ultimátum" a los jueces de la Corte  Suprema que abrieron varias investigaciones contra él y su entorno, entre otras cosas por difundir informaciones falsas.

En el orden internacional, más de 150 ex presidentes y líderes de la izquierda firmaron una carta abierta criticando a Bolsonaro por alentar lo que llamaron una copia del asalto del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos. 

Las manifestaciones están "avivando los temores de un golpe de estado en la tercera democracia más grande del mundo", decía la carta.

Por otra parte, miembros judiciales y políticos opositores lanzaron una advertencia contra Bolsonaro y le pidieron respetar la democracia.

"Brasil, una pasión. Blancos, negros e indígenas. Civiles y militares. Liberales, conservadores y progresistas. Desde 88, la voluntad del pueblo: FHC (Fernando Henrique Cardoso), Lula, Dilma y Bolsonaro. Elecciones libres, limpias y seguras. El amor a Brasil y a la democracia nos une. Sin vuelta al pasado", escribió Barroso en su cuenta de Twitter.

Moraes publicó un mensaje con un tono similar: "En este siete de septiembre, conmemoremos nuestra independencia, que garantizó nuestra libertad y que solamente se fortalece con un respeto absoluto a la democracia", escribió en la misma red social.

Por un lado, Barroso abrió una investigación en contra de Bolsonaro por sus repetidos ataques al sistema de urnas electrónicas y, por otro lado, De Moraes incluyó como investigado al presidente en un proceso penal que se inició en 2019 por la difusión en redes sociales de noticias falsas contra las instituciones democráticas.

Posibles rivales de Bolsonaro en las elecciones de 2022 también usaron las redes sociales para alertar sobre la necesidad de defender la democracia ante la amenaza golpista del mandatario ultraconservador.

El ex jefe de Estado Luis Inácio Lula da Silva difundió un video en el que afirmó que el papel del presidente de la República es mantener viva la confianza en el presente y en el futuro, informó Estadao.

"Pero en lugar de anunciar soluciones para el país, lo que hace es llamar a la gente al enfrentamiento, llama a actos contra los poderes y contra la democracia, que nunca respetó. En lugar de sumar, alienta la división, el odio y la violencia. Definitivamente, eso no es lo que espera Brasil de un presidente", indicó.

Por su parte, el gobernador de San Pablo, Joao Doria, enfrentado con Bolsonaro por la gestión de la pandemia, afirmó que Brasil vive su peor momento desde la dictadura.

"Necesitamos la paz. No hay lugar para coqueteos autoritarios. La democracia, la libertad y el diálogo son los cimientos de la prosperidad y un mejor futuro para Brasil", sostuvo el gobernador, quien también advirtió del riesgo de "retrocesos".

En tanto, Luiz Henrique Mandetta, quien fue ministro de Salud en el gobierno de Bolsonaro hasta el inicio de la lucha contra la pandemia en el país, afirmó que el 7 de septiembre no puede ser el "nosotros contra ellos".

"No podemos aceptar que Brasil esté dividido así, por discursos de odio. Tenemos problemas reales que debemos abordar", sostuvo Mandetta, quien renunció al cargo en marzo del año pasado justamente por desacuerdos sobre la conducta adoptada por el presidente.