La relación entre el Gobierno y la Justicia lamentablemente se encuentra muy deteriorada.

Desde un primer momento, la coalición de Gobierno ha elegido el Poder Judicial como blanco en búsqueda no solo de la impunidad, sino también de un intento por colonizar o cooptar la Justicia, algo similar a lo que en su momento sucedió en Santa Cruz.

Hoy este conflicto y esta ofensiva que encara el Gobierno pasa por un lado por ataques en el Consejo de la Magistratura sobre jueces y por otro lado con el avance de dos proyectos de ley que tienen media sanción en la cámara de Senadores.

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En primer lugar la llamada “Reforma Judicial” que fue muy cuestionada por todos los expertos que concurrieron al Senado y está paralizada en Diputados, del mismo modo que la Ley de Reforma del Ministerio Publico, una ley que pretende que el oficialismo tome control de los fiscales, que son los encargados de representar a la sociedad y de ejercer nuestros derechos. Esta ley debilita la independencia de los fiscales y permite una injerencia política muy fuerte.

 El camino para reformar este tipo de leyes es construir consensos y trabajar coordinado entre oficialismo y oposición.

Es necesario archivar ambos proyectos y comenzar una discusión amplia.

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(*) Germán Garavano es abogado y consultor en Reforma Judicial. Fue ministro de Justicia durante el gobierno de Mauricio Macri.