Hallaron en Pompeya frescos de 2.000 años de antigüedad que retratan el mito de Hele y Frixo
La ciudad italiana que fue sepultada por las cenizas del Vesubio en el año 79. Los especialistas trabajan en la limpieza de las obras para pasar a la fase de la restauración.
Una pintura mural con relativamente pocos daños en sus colores fue hallada en la antigua ciudad romana de Pompeya, que quedó enterrada bajo lava y ceniza volcánica después de la repentina erupción del Monte Vesubio en el año 79, en Italia.
Los arqueólogos, que llevan a cabo excavaciones en Pompeya, que figura en la lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), e hicieron muchos descubrimientos a lo largo de los años, desenterraron una pintura mural (fresco) con relativamente pocos daños en una de las zonas de excavación.
Los expertos afirmaron que el mural de casi 2.000 años de antigüedad representa la escena mitológica de las gemelas Frixo y Hele.
Según la mitología griega, un carnero de lana dorada fue enviado a Frixo y Hele, que querían huir de su madrastra. Mientras las dos hermanas, que escaparon con el carnero, se encontraban cerca de los Dardanelos, Helle resbaló y cayó al mar.
“Este fresco, que nos muestra a dos fugitivos en el mar de la Grecia antigua”, según palabras del director general del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, se presenta como un cuadro enmarcado en un muro cuyo fondo es de color amarillo oro adornado de delicadas decoraciones.
Entre los otros frescos descubiertos figuran naturalezas muertas y retratos de mujeres.
Las excavaciones en curso en la Casa de Leda buscan reconstituir su plan completo y a recopilar informaciones suficientes para determinar las piezas principales de otras dos habitaciones situadas en el norte y el sur.
Operaciones de limpieza de los frescos están en curso para retirar las cenizas volcánicas y consolidarlos antes de pasar a la fase de restauración.
La ceniza volcánica se sedimentó sobre la mayoría de las casas Pompeya, lo que facilitó preservarlas casi integralmente, así como muchos cuerpos de los tre mil muertos que causó la catástrofe.