Uno de cada 36 niños estadounidenses padecen el trastorno del espectro autista (TEA), según un informe realizado por un organismos de ese país, el cual ratificó que un diagnóstico temprano es fundamental para tratar esa condición del neurodesarrollo.

Según el grupo de defensa Autism Speaks, el momento en que un niño recibe el diagnóstico puede variar entre los 18 meses y los dos años de edad.

Sin embargo, en muchos casos un diagnóstico de autismo puede confirmarse en una edad más avanzada durante la infancia, incluso algunas personas reciben la confirmación de que padecen TEA siendo adultas.

Por su parte, la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) aconseja que todos los niños se sometan a pruebas de detección del desarrollo y del comportamiento durante las visitas regulares al médico a los nueve, 18 y 30 meses.

"Diagnosticar el trastorno del espectro autista [TEA] puede ser difícil porque no hay una prueba médica, como un análisis de sangre, para diagnosticar el trastorno", afirmó el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

Desde ese organismo recomendaron realizar un seguimiento del desarrollo del niño, observar qué tan pronto alcanza los hitos típicos del desarrollo, es clave. Estos hitos vinculados a la edad 
incluyen las habilidades observadas en el juego, el aprendizaje, el habla, el comportamiento y el movimiento, según el informe publicado en el portal HealthDay.

"Un diagnóstico de TEA incluye varias afecciones que solían diagnosticarse por separado, como trastorno autista, trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS) y síndrome 
de Asperger", señalaron desde el CDC.