Un informe titulado “Desigualdad social, ¿desigualdad en las aulas?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, llegó a la conclusión de que el 41% de los alumnos, los más pobres, tendrían que ser cambiados de escuela si se quisiera llegar a una distribución igualitaria.

Los autores analizan la segregación escolar a partir de los datos del nivel socioeconómico de los estudiantes relevados en la prueba censal Aprender 2021 de 6° grado de primaria.

La segregación escolar obedece a  la poca diversidad de origen social entre los estudiantes, lo cual puede hacer reproducir las desigualdades y que se refuerce la exclusión, explicaron los autores del estudio: Emmanuel Vazquez (Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales – CEDLAS), Leyre Sáenz Guillén y Martín Nistal (Observatorio de Argentinos por la Educación).

Qué porcentaje de chicos pobres habría que cambiar de escuela por la segregación social

La diferenciación más elevada, donde se exacerban las desigualdades y se refuerza la exclusión, alcanza sus valores más altos en las escuelas privadas sin subvención de las provincias más grandes, con las ciudades más pobladas del país, cuya diversidad de realidades socioeconómicas en sus aulas es mucho menor.

Allí es donde la separación entre chicos de distintos contextos sociales se acentúa, lo cual el trabajo juzga contraproducente, porque “las aulas con alumnos de distintos orígenes sociales ayuda a generar un mejor intercambio y efectos positivos a la hora de aprender”, se fundamenta.

El análisis lo contrasta con la menor segregación y la mayor la diversidad socioeconómica de las escuelas estatales urbanas. 

Diversidad socioeconómica

CABA, Santa Fe y Buenos Aires son las jurisdicciones que muestran mayor diversidad socioeconómica en las escuelas estatales urbanas y las privadas subvencionadas, al contrario de lo que sucede en las privadas sin subvención.

El documento explica que la segregación escolar por nivel socioeconómico es elevada en Argentina y constituye un problema, porque puede ocasionar que la escuela reproduzca las desigualdades originadas en la familia y, en consecuencia, reforzar la exclusión. 

Así es como los estudiantes de distinto origen social se distribuyen de manera desigual entre las escuelas: los alumnos más vulnerables tienden a concentrarse en ciertas instituciones, y los más favorecidos, en otras, que suelen diferir en calidad educativa y en otras características relevantes. 

Contrario sensu, contar con aulas más integradas contribuye a la cohesión social y a la equidad, e incluso podría tener efectos positivos en el aprendizaje al enriquecer la diversidad en el aula.

Índice de la disimilitud

Existe un índice que mide la segregación llamado de “disimilitud”, que permite ver qué proporción de estudiantes del cuartil inferior, que son los más pobres, deberían cambiarse de escuela para llegar a una distribución igualitaria entre colegios. Y el resultado da 41%.

Se destacan CABA (48%), Santa Fe (44%) y provincia de Buenos Aires (43%) como los mayores aportantes de esos hipotéticos traslados, mientras que en las provincias de Santa Cruz (26%), Jujuy (30%) y Tierra del Fuego (32%) los niveles serían menores.

Un tercio (35%) de la segregación total en el país lo explicaría la separación de alumnos entre el sector estatal y privado. 

En los establecimientos urbanos estatales es donde hay menor segregación, seguidos por las estatales rurales y los privados subvencionadas. La mayor se observa en las escuelas privadas sin subvención.

En cuanto a la integración extrema, que es la proporción de aulas en las que conviven los estudiantes más pobres con los más ricos de cada provincia, aún es posible encontrarla en muchas escuelas, inclusive privadas.

Las dos provincias con la mayor proporción de aulas de escuelas estatales con al menos un estudiante de los deciles 1 y 10 son Santa Cruz (50%) y Tierra del Fuego (49%).

Esta integración es más baja en las aulas de escuelas estatales de Santiago del Estero (15%), Chaco (19%), Catamarca (19%) y Formosa (19%).

Un ranking de la “integración extrema” en las escuelas privadas lo liderarían Tierra del Fuego (58%) y Santa Cruz (49%), mientras que del otro lado, o sea, de la no integración, se encuentran Corrientes (16%), Tucumán (19%), Salta (19%) y Chaco (19%).