Poder cargar la tarjeta SUBE se convirtió en una odisea para los usuarios del transporte público en Buenos Aires.

Los trenes no tienen sistema y los kioscos funcionan con un servicio de carga limitada.

Encontrar un kiosco con sistema para cargar la tarjeta es toda una aventura. Según explicaron a Noticias Argentinas los equipos de carga contratados cuentan con problemas, tienen un límite diario de 300 mil pesos.

Con el reciente aumento en el costo del boleto, ese límite se consume muy rápido, generando inconvenientes para aquellos que quieren cargar su plástico. “A las 11 cortan el servicio, desde hace tres días” comentó un kiosquero.

A su vez, las estaciones de trenes no renovaron contrato con la empresa recaudadora que retiraba el dinero de las terminales, facilitando la operación de carga de la SUBE. Es por ello que el servicio se encuentra interrumpido.

Esta combinación de factores generó malestar entre los usuarios que dependen de la tarjeta SUBE para llegar a sus trabajos. Los afectados se ven obligados a buscar alternativas enfrentando demoras y limitaciones que afectan la fluidez del sistema de transporte público en la ciudad.