La conocida "masacre de Tandil" fue un acontecimiento trágico de la Argentina, en el que un grupo de gauchos asesinó a 36 inmigrantes en esa localidad bonaerense el 1 de enero de 1872 durante los festejos por la llegada de Año Nuevo.
 

Todo arrancó cuando Gerónimo G. Solané, un gaucho entrerriano, santiagueño, boliviano o chileno2, conocido como "Tata Dios" o "Médico Dios", se presentaba como sanador y profeta, por lo que se ganaba la vida como curandero y predicador. Lo echaron de varios pueblos y hasta estuvo preso por practicar la brujería y la medicina ilegal.​

Solané fue llevado a Tandil por el estanciero Ramón Rufo Gómez, para curar a su esposa, que padecía de dolores de cabeza.
 

Gómez, agradecido por la intervención de "Tata Dios" le permitió que se asentara en el puesto La Rufina​ de su estancia La Argentina, cerca del pueblo.​
 

En 1872, Solané y sus malevos levantaron una toldería y consiguieron armas, que se distribuyeron entre los secuaces. 
 

Este hombre sostenía que "los extranjeros son la causa de todo mal y por lo tanto hay que exterminarlos".
 

Fue así que en su rancho reclutó a un grupo de paisanos que se convirtieron en sus cómplices y con sus discursos antiextranjeros instigaban a las personas a que lo siguieran.
 

Inmigrantes en Tandil 

A esa altura, en Tandil se radicaron gran cantidad de inmigrantes y existía cierto clima de tensión entre estos y los ciudadanos criollos. 
 

Solané acrecentó esa grieta y agrupó en la estancia a cientos de criollos argentinos, de todos los sectores sociales, disgustados con la presencia de los inmigrantes.
 

El plan de exterminio que no llegó a completarse era mucho más amplio: querían asesinar a inmigrantes en Azul, Tapalqué, Rauch, Bolívar, Zárate y otras localidades donde existían grupos de paisanos ligados al movimiento creado por "Tata Dios".
 

La noche del 31 de diciembre de 1871, durante una reunión de los hombres criollos, uno de los seguidores de Solané, Jacinto Pérez "El Viejo" o "San Francisco",​ convocó a los gauchos a una cruzada contra los extranjeros. Pocas horas después, ya finalizada las celebraciones de Año Nuevo, partieron hacia Tandil.​
 

A las 3:30 de la madrugada​ del 1 de enero de 1872, los gauchos entraron en Tandil e ingresaron al Juzgado de Paz local, donde solo pudieron robar sables.
 

Al grito de "¡Viva la Patria", "¡Viva la Religión!", "¡Mueran los gringos y los masones" y "¡Maten, siendo gringos y vascos!", se dirigieron corriendo a la plaza central del pueblo donde se encontraba la multitud. 
 

Allí rodearon a Santiago Imberti -un italiano que era organillero (tocaba el organito, instrumento mecánico a cuerda) y vivía en la plaza- y lo degollaron.
 

Luego, cruzaron al galope los campos aledaños para matar a los "gringos", con la excusa de que atacaban a la Patria y a la Iglesia.​
 

A unas veinte cuadras, en la Plaza de las Carretas -donde hoy se encuentra la plaza Martín Rodríguez de Tandil- a orillas del río Tandil,  masacraron a nueve vascos que viajaban en dos tropas de carretas.​ La peonada de la estancia de Thompson -casi todos criollos- fueron abatidos.
 

La masacre culminó a unos 25 kilómetros al norte, en el caserío De la Canal, donde la banda tomó por asalto el almacén y hospedaje de Juan Chapar, de origen vasco, quien fue degollado junto a toda su familia -entre ellos una niña de 5 años y un bebé de meses- y a los dependientes y pasajeros que se encontraban en el lugar. En total, en esa pulpería fueron degolladas 18 personas.

Los asesinos robaron el libro contable del almacén, lo que hace sospechar de sus deudores como instigadores del crimen.
 

En Tandil se preparó la persecución de Jacinto Pérez y sus gauchos, quienes permanecían apostados en la estancia de Ramón Santamarina.​
 

En un duro combate cae abatida una decena de los seguidores de "Tata Dios" Solané y este es tomado preso, junto con siete de sus adeptos, por las milicias.
 

Enterada de lo que estaba sucediendo, una partida policial salió a perseguir a los gauchos, matando a 11 y atrapando a 12, al tiempo que el resto pudo escapar. 
 

La partida también fue a detener a Solané a su rancho, aunque este siempre negó haber participado de los asesinatos. 
 

Al llegar a Tandil, el curandero estuvo a punto de ser linchado por los pobladores. Sin embargo, cinco días después (6 de enero de 1872) "Tata Dios" fue asesinado en el calabozo del juzgado local. 

Se escuchó una sola detonación, pero en el cuerpo se encontraron 13 heridas de bala, por lo que se cree que fue asesinado por un tiro de trabuco o pistola Lafouché.​
 

Museo Histórico del Fuerte Independencia

En el Museo Histórico del Fuerte Independencia de Tandil se conserva la frazada agujereada del "Tata", con nueve agujeros de bala, y el expediente del juicio.​ Según el historiador Hugo Nario, el asesino fue un vasco francés.​

Asimismo, en base al asesinato de Solané en su celda mientras estaba preso, se sospecha que él podría haber confesado que los instigadores de la matanza fueron estancieros criollos de la zona.
 

Un equipo de policías apoyado por vecinos apresó el grupo y comenzó un intento de "justicia por mano propia".
 

Varios delincuentes murieron, Jacinto Pérez entre ellos, otros consiguieron escapar y solo 20 fueron apresados.
 

Sin embargo, la mayoría no se conocía entre sí y alegaban haber actuado bajo las órdenes de "Tata Dios".
 

Fueron encarcelados en la comisaría local, donde ya estaba encarcelado Solané y no se responsabilizaba de los hechos ya que lo encontraron en la estancia La Argentina donde cumplía funciones de curandero.
 

El resto del grupo fue a juicio y la mayor condena recayó sobre Cruz Gutiérrez, Juan Villalba y Esteban Lazarte que fueron sentenciados a muerte y ejecutados el 13 de septiembre (Villalba falleció antes en prisión).