Ivomoku Bakusuba, conocido como "el monstruo de Burundi", fue un asesino serial que confesó haber violado y estrangulado en su país a 67 chicos de ambos sexos y de bajos recursos, siempre usando una sábana.

La información sobre Bakusuba es muy escasa, pero se sabe que era un sujeto que vivió en la extrema pobreza en la provincia de Kayanza, donde a raíz de sus crímenes sembró el terror entre los pobladores.

Los habitantes con hijos pequeños que vivían en esa zona entraron en pánico a partir de 1940, ya que tomaron conocimiento de los asesinatos cometidos por este homicida

En ese aspecto, abusaba sexualmente de los menores y luego los estrangulaba con una sábana.

Si bien mató a niños de ambos sexos, la preferencia era abordar nenas, pero siempre los ataques eran contra chicos de bajos recursos económicos, misma situación que Bakusuba vivió toda su vida.

Este sujeto finalmente fue identificado por algunos niños que resultaron ser testigos casuales de esos homicidios.

La Policía de Burundi inició una investigación y pudo dar con Bakusuba para finalmente detenerlo en 1944.

Una vez apresado, este asesino serial le confesó a los investigadores que mató a 67 niños de ambos sexos, un número que no pudo ser constatado de manera completa, aunque sí una 
importante cantidad de ellos.

Desde 1944 permaneció detenido hasta que a principios de 1950 se suicidó en prisión.

Los detalles de su accionar y sus terribles crímenes iban a  permanecer sin ser conocidos en el mundo, debido a la poca trascendencia que podría existir en lo que es la comunicación en esa época y el país en el que ocurrió.

Sin embargo, el oficial de policía Marce Nbay Jean, de 78 años, dio su relato y contó todo el accionar de Bakusuba en una  conversación con el brasileño Manoel Barbosa Tettoni, a quien le  
mostró documentos sobre el asesino serial.