El caso por la muerte de Magalí Vera, la joven que volvía de un casamiento con su pareja en Necochea, tuvo un giro inesperado cuando se constató que el accidente en el que murió, luego de que el auto cayera al río Quequén, no fue intencional, sino que se trató de un femicidio.

Este domingo por la madrugada Vera y Javier Cerfoglio regresaban del casamiento de unos amigos y en un principio los investigadores supusieron que perdieron el control y el auto cayó al río, provocando la muerte de la joven, sin embargo, fue un femicidio.

Es que la autopsia reveló que, pese a que Vera murió por inmersión, tenía golpes previos en su cuerpo, especialmente en el cráneo, rostro y cuello, que están relacionados a un caso de violencia de género.

Este resultado se suma al video viralizado por el centro de comando de la ciudad donde se registra el momento en el que el Honda Fit, conducido por Cerfoglio, se desvía del rumbo y se incrusta en el río.

En un comienzo el hombre aseguró en su declaración que el auto perdió el control, pero las imágenes fueron claves para constatar que su versión no era cierta.

Aunque sí destacó que tuvieron una fuerte discusión, nunca señaló que la golpeó, pero un llamado al 911 realizado por otro conductor destaca que observó al sujeto atacando a la víctima.

De este modo, la fiscalía a cargo del caso decidió imputar a Cerfoglio por el delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género y concretar su detención. Si la Justicia lo encuentra culpable, recibirá una pena de prisión perpetua.