Diego Pirota, abogado de la familia de Débora Pérez Volpin, se mostró furioso luego de enterarse de que al principal imputado en el segundo juicio, el ex director médico Roberto Martingano, fue ascendido de cargo durante la investigación.

"Hoy siguen perdiendo ellos la oportunidad de pedirle disculpas a la familia, ahora que ya se sabe toda la verdad de lo que pasó siguen intentando tapar las cosas. Una cosa increíble es que el señor Martingano que era el director médico de la clínica Trinidad, pero hoy nos enteramos que lo ascendieron", manifestó en diálogo con Splendid AM990.

A pesar de que el imputado tenía derecho a declarar, decidió negarse: "Durante la investigación intentó derivar la responsabilidad que se le imputa en esta causa, que es haber encubierto la muerte de Débora con distintos actos que realizó. No es que es una denuncia instada por nosotros, el propio tribunal que condenó".

Martingano está acusado de haber entregado a la Justicia una máquina procesadora del endoscopio con los números de serie “limados”, lo cual no permite conocer la autenticidad de esa máquina, para constatar si la cambiaron luego de la muerte de la periodista y también por haber sustraído información aportada a la Justicia, consistente en conocer si a Pérez Volpin la habían conectado al electrocardiograma al momento del estudio.

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"Derivó responsabilidad diciendo que él no entregó este equipamiento médico", indicó.

Asimismo, Pirota expresó: "Lo ascendieron, entonces te da a pensar que hay un encubrimiento aún mayor, hay un poder aún mayor protegiéndolo, protegiendo la institución. Esto es una sensación personal, ya no sólo como abogado, es una sensación de desinterés, como que no les importa nada, no les importó lo que pasó".

"Enoja y yo creo que tiene que ver con ese desinterés total y absoluto, aún sabiéndose la verdad y con una sentencia firme, ascienden al responsable del encubrimiento, no logro comprenderlo, realmente desde el sentido común no pasa el filtro", sentenció.

Además, se mostró enojado por la condena que recibió Diego Ariel Bialolenquier, endoscopista que maniobró el aparato y produjo la muerte de Débora: "En marzo de este año se lo confirmó la condena a tres años de prisión y siete de inhabilitación pero con la calificación legal es que lo hizo sin intención. Es decir esa persona fue negligente, fue imprudente, pero no quiso hacer lo que hizo".