Roberto Adrián Gegundez, el dueño de una distribuidora que fue asesinado el lunes en la localidad bonaerense de Castelar, estaba amenazado de muerte y el mes pasado ya lo habían querido matar en la puerta de casa en el barrio porteño de Villa Lugano.

Así lo revelaron fuentes policiales a NA, aunque los presuntos sicarios finalmente fueron detenidos.

Todo comenzó el 19 de julio pasado alrededor de las 16, cuando Gegundez vio un vehículo Renault Fluence gris, con tres sujetos en su interior en actitud sospechosa estacionado en la puerta de su casa, situada en Avenida Larrazábal al 4100 del barrio porteño de Villa Lugano.

De inmediato, y como ya lo habían amenazado de muerte, dio aviso al 911, por lo que al lugar arribó un patrullero de la comisaría vecinal 8A de la Policía de la Ciudad.

Los sospechosos, al escuchar notar que llegaba el móvil policial, escaparon a toda velocidad y los uniformados, luego de irradiar un alerta ubicaron al rodado en inmediaciones de la Villa 20 de Lugano, en la esquina de las calles Coronel Martiniano Chilavert y Pola.

Al acercarse los efectivos para identificar a los tres ocupantes, estos escaparon a bordo del vehículo, por lo que se inició una breve persecución de la cual también participaron los policías de la Unidad de Prevención Barrial de la misma fuerza.

Los vecinos del lugar agredieron a los uniformados con el objetivo de lograr que liberaran a los tres apresados.

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Sin embargo, los policías llevaron a los sujetos a la seccional 8 A para continuar con el procedimiento.

Requisado el rodado se logró el hallazgo de una cédula de autorización de conducir al parecer apócrifa, por lo que los tres individuos fueron imputados por el delito de "Resistencia a la Autoridad", aunque el conductor del automóvil sumó también el delito de "Falsificación de documento".

Los sujetos resultaron detenidos y según voceros policiales se estima que en la persecución podrían haber descartado algún arma.

De inmediato, arribó Gegundez a la comisaría y ratificó que el Renault Fluence merodeó toda la jornada su domicilio y se estacionó en la puerta de su vivienda, más allá de que no se conocieron mayores detalles.

Los apresados, de 20, 33 y 35 años, vivían en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores y más allá de que no se los pudo vincular directamente a un intento de homicidio, el dueño de la distribuidora, quien también tenía un comercio similar en Villa Lugano, consideró que podían haberlo ido a buscar para matarlo.

Intervino en ese hecho la Fiscalía de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas número 35, a cargo de Celsa Ramírez, Secretaria Única de la doctora Giglio.

Gegundez fue asesinado el lunes por la mañana de tres balazos cuando llegaba a bordo de su camioneta a la distribuidora que tenía en la localidad bonaerense de Castelar "Bebidas Central Oeste", situada en Presidente Perón (Colectora de la Autopista del Oeste) y Chivilcoy.

En ese momento, un grupo de desconocidos que circulaba en un auto Citroën C3 blanco, abrió fuego sin detener la marcha del vehículo y Gegundez, tras recibir varios disparos, murió en el acto.

En el caso tomó intervención personal de la comisaría Morón séptima, que tiene jurisdicción en Castelar Norte, y por el momento no se habían registrado detenciones.

Los investigadores descartaban la hipótesis de un intento de robo y se inclinaban por un asesinato por cuestiones personales para explicar el hecho.

Además los pesquisas señalaron que el hermano de la víctima, Gustavo Gegundez, de 56 años, manifestó que estaba amenazado pero que desconoce motivos.

El hombre dijo que en junio pasado su hermano se fue a La Rioja donde estuvo 20 días manifestándole "que se había enfriado la cosa" y que por eso regreso.

En su vuelta, el 19 de julio cuatro sospechosos esperaban en la puerta de su casa y en las últimas horas finalmente lo mataron.