Crimen de Báez Sosa: creen que en el juicio "pueden surgir indicios" para otra causa contra un nuevo rugbier
El letrado Fabián Améndola señaló también que los padres de Fernando "tienen una sola cosa en la cabeza y es justicia por su hijo".
Uno de los abogados de los padres de Fernando Báez Sosa consideró que en el juicio que arranca el 2 de enero de 2023 "pueden surgir indicios" para iniciar otra causa contra un undécimo rugbier.
El letrado Fabián Améndola, quien junto con Fernando Burlando y un estudio representan a Silvino Báez y Graciela Sosa, afirmó que cuando arranque la causa en tribunales "puede ser un momento propicio para que surjan mayores elementos" contra otro de los sospechosos, del cual se habló en varias ocasiones pero que nunca se llegó a algo firme.
"Hay indicios y obviamente el juicio oral puede ser un momento propicio para que salgan a la luz mayores elementos en referencia a esa posibilidad. Y en ese caso, como pasa habitualmente en un juicio oral, puede haber otras causas. Puede pasar que haya otro juicio contra un undécimo rugbier", deslizó Améndola en declaraciones al programa Tardes Policiales por XLFM Radio.
Además, el letrado aseguró que tienen "elementos suficientes como para acusar y ser condenados seis de los rugbiers".
Los acusados son Ayrton Viollaz, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, mientras que Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi fueron excarcelados por falta de mérito.
El abogado defensor Hugo Tomei presentó un recurso extraordinario para que intervenga la Suprema Corte bonaerense primero y la Corte Suprema de Justicia luego.
El fin es primero que cesen las preventivas, mientras que el otro objetivo es la nulidad, porque sostienen que, al momento de ser imputados e indagados, no se les describió adecuadamente de qué se lo acusaba a cada uno.
Sin embargo, ese recurso fue rechazado por el Máximo Tribunal provincial y ahora lo llevarán a la Corte Suprema.
Asimismo, Améndola afirmó que el juicio por Báez Sosa "se va a hacer en un tiempo extremadamente corto", en relación a los tiempos habituales que maneja la Justicia de la provincia de Buenos Aires y la nacional.
"El 8 de enero se van a cumplir dos años en la mitad del juicio. Ningún caso, por más que sea mediático, llega tan rápido a juicio", sostuvo.
También señaló que los padres de Fernando "tienen una sola cosa en la cabeza y es justicia por su hijo".
Además, detalló que la madre de la víctima "es un ser maravilloso".
"Muchas veces a las víctimas no se las satisface con las cosas meramente procesales y piden a veces detalles que no se reflejan en el expediente. Graciela decía que si alguno de los rugbiers no tiene nada que ver, no lo queremos presos. Eso habla de lo maravillosa que son estas personas", detalló.
Por último, Améndola precisó que los detenidos "callan y todos se niegan a contar qué es lo que pasó, cuál fue su participación en el crimen".
"A algunos de ellos eso los está perjudicando y a partir del juicio oral se sabrá con certeza cuál fue la participación de cada un en el crimen", cerró el letrado.
El crimen de Fernando Báez Sosa
El 18 de enero de 2020, Báez Sosa, un estudiante de derecho de 18 años, estaba de vacaciones en la ciudad costera de Villa Gesell.
Junto a sus amigos, fue a bailar al boliche Le Brique de Avenida 3 y Paseo 102, en Villa Gesell. Dentro de ese reducto bailable se produjo el primer encuentro cuando en medio de una pista colmada de gente uno de sus amigos "rozó" a uno de los que luego, serían sus agresores.
La situación se tensó y los rugbiers comenzaron a incitar a una pelea. Los patovicas vieron la situación y echaron a ambos grupos. Ya afuera, mientras Fernando y sus compañeros hablaban de la situación, los atacantes volvieron a la carga.
Fue entonces que el adolescente buscó separar la pelea y, según registraron las cámaras de seguridad, a las 4.41 de la madrugada recibió el primer golpe.
Tirado en el piso, los ocho atacantes lo patearon en la cabeza y lo golpearon por todo el cuerpo al grito de "a ver si vas a pegar negro de mierda".
A las 5, los rugbiers dejaron el lugar y fueron, tranquilos, a comer una hamburguesa a un local gastronómico de comida rápida.
El joven quedó inconsciente y fue asistido en el lugar por personal policial y por una turista que le realizó maniobras de reanimación cardiopulmar, tras lo cual fue trasladado en ambulancia al Hospital Arturo Illia, donde finalmente falleció.
La autopsia determinó que murió de "un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a traumatismo de cráneo".
Los rugbiers irán a juicio por los delitos de "Homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", y también por "lesiones leves" sufridas por amigos de Fernando que estaban junto a él la madrugada del crimen.