Condenaron a prisión perpetua a un conductor que mató a golpes a un taxista durante una discusión de tránsito
Esteban Oscar González Zablocki fue encontrado culpable del delito de “homicidio agravado por alevosía” en perjuicio de Jorge Alberto Gómez. El caso ocurrió en julio de 2019 en Ensenada.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Plata condenó a prisión perpetua a un hombre de 31 años que mató a golpes a un taxista durante una discusión de tránsito en julio de 2019 en Ensenada.
Para los jueces Hernán Javier Decastelli, Ramiro Fernández Lorenzo y Cecilia Inés Sanucci, Esteban Oscar González Zablocki es culpable del delito de “homicidio agravado por alevosía” en perjuicio de Jorge Alberto Gómez.
Durante el juicio la pericia que llevó a los jueces a tomar dicha resolución fue el resultado de autopsia que arrojó que la víctima sufrió “hematoma intraparenquimatoso izquierdo; fractura de hueso temporal izquierdo; fractura de base del cráneo grave” tras los nueve golpes que recibió en el piso por parte de Zablocki.
De esta manera se comprobó que el hecho ocurrido el 10 de julio de 2019 en la intersección de las calles 125 y 50 provocó la muerte del taxista de 52 años.
Para los expertos el atacante mantuvo una “breve discusión de tránsito, y actuando sobre seguro por su clara superioridad física respecto a su contrincante, agredió a la víctima de forma intempestiva para luego derribarlo”.
Asimismo, el juez Decastelli detalló que “una vez que lo tenía sometido sobre el asfalto, lo golpeó ferozmente de forma reiterada, rauda, sistemática y violenta en su cabeza, dándole entre ocho y nueve golpes de puño, para posteriormente incorporarse, patearlo en la zona del tórax y retirarse del lugar en su camioneta Volkswagen Amarok blanca”.
Para los letrados esa brutal golpiza provocó una "hemorragia severa a nivel encefálico que le causó la fractura del cráneo proveniente de ese trauma” por lo que dos días después falleció.
Por esta resolución, el tribunal descartó la defensa de los abogados de Zablocki sobre que no tuvo un dolo homicida y que nunca comprendió el grave accionar ya que después de que terminó de golpearlo se fue, algo que también hizo la víctima.
El juez remarcó que “ese dolo de matar quedó claramente expresado en los indicios emergentes del modo en que el imputado emprendió su ataque dando feroces golpes con sus puños en una zona vital y sensible del organismo humano como es la cabeza contra el pavimento, realizando este accionar repetidamente”.
La secuencia completa del brutal ataque quedó registrada por las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Ensenada que fueron elocuentes para luego detener al agresor.