Las bicicletas anaranjadas que circulan hasta estos días por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como parte de un programa de transporte urbano destinado a promocionar su uso y descongestionar el tránsito, comenzaron a cambiar de color desde que empezaron a aparecer las azules.

Así se confirma un anticipo de la agencia Noticias Argentinas, que a fines de noviembre consultó con fuentes de un banco privado cuál podría ser la suerte de los rodados y todo el sistema, después de que una entidad brasileña dejara el país.

Se vienen las bicicletas azules en la Ciudad de Buenos Aires


Ese era, quizás, apenas un detalle de "letra chica" tras el traspaso de la actividad de Banco Itaú a Banco Macro en la Argentina.

¿Qué pasaría con el sistema de bicicletas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (y Nordelta), después de la partida de Itaú?, cabía preguntrse.

Se vienen las bicicletas azules en la Ciudad de Buenos Aires

Paulatinamente, las 6500 bicicletas que abastecen a unos 321 mil usuarios, se van tiñendo de azul, los colores de la entidad que absorbió los negocios del banco que se fue para prosperar en su país de origen, Brasil.

Breve historial

Las primeras bicicletas, amarillas, eran 2500 y circulaban por una porción de la Ciudad de Buenos Aires, hasta que se construyeron nuevas sendas y estaciones.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires: las bicicletas anaranjadas ya se tiñen de azul

A principios de 2018 la Legislatura porteña avaló que a través de una licitación pública, el servicio "Ecobici" pasara a manos privadas.

Se prometió que todo el sistema de bicicletas continuaría siendo gratuito; no obstante, más adelante eso cambió y ahora se debe pagar los fines de semana y feriados.

Incluso, para afiliarse al sistema hay que ser poseedor de un teléfono móvil y tarjeta de crédito, algo a lo que antes se accedía con un simple plástico.

La empresa brasileña Tembici que operaba en 16 ciudades de Brasil y Chile, se adjudicó el servicio.

Antes de aquella licitación, el Banco Itaú tenía su servicio para clientes de la entidad pero funcionaba solamente una estación, en el denominado Buenos Aires Design de Recoleta.

En la actualidad, las populares bicicletas anaranjadas cuentan 
con un servicio de detección por GPS, destinado a desalentar actos delictivos.

Los actos de vandalismo, sin embargo, continúan produciéndose y el sistema, en líneas generales, falla.