Procesan a la mujer que ofrecía en grupos de Revolución Federal un arma para matar a Cristina Kirchner
Es Lidia Margarita Casciano, conocida como “Dali Revolución”.
El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi procesó sin prisión preventiva a la mujer que en los grupos de chats de la agrupación de ultraderecha Revolución Federal ofrecía un arma para atentar contra la ex presidenta Cristina Kirchner antes del intento de asesinato en su contra.
Se trata de Lidia Margarita Casciano, agendada en el teléfono del fundador de Revolución Federal Jonathan Morel, como “Dali Revolución”.
Casciano fue procesada por “realizar manifestaciones que inciten públicamente a la violencia”, un delito que contempla penas de entre tres y seis años de cárcel.
Cuando en los grupos de chat de Revolución Federal se cuestionaba a la ex presidenta y se proferían mensajes de odio, Casciano expresó: “no es una mala idea. Tengo una 9 mm, cualquier cosa me avisan”.
“Tengo una 9 mm y el mástil de la bandera (el consolador de la Cerruti) y tengo gas pimienta”, ofreció en otro mensaje.
El juez consideró que eso “no puede considerarse como el libre ejercicio del derecho de la libertad de expresión, excediendo a la expresión de ideas”.
“Las manifestaciones llevadas a cabo por Lidia Casciano encuentran adecuación típica en el delito de incitación pública a la violencia colectiva”, insistió el auto de procesamiento, que además le trabó un embargo por un millón de pesos.
El juez descartó que no hubiera existido delito porque la agresión no se concretó.
“Este tipo penal, se trata de los llamados de acción peligrosa concreta, por cuanto la ley los reprime por la mera incitación. No se requiere para su configuración resultado alguno. Se consuma con la realización misma, de modo tal que pueda tener trascendencia a terceros”, dijo el juez.
“Es independiente de todo resultado”, resumió.
En su defensa, Casciano dijo que “nunca pasó por su mente hacerle daño a Cristina Kirchner ni facilitar nada y aclaró que cuando hizo referencia al mástil, fue en forma de chiste ya que estaba bromeando respecto a una funcionaria que como política pública, había regalado consoladores de madera”.