Jerusalén fue 12 veces destruida, 20 veces sitiada y 50 veces capturada a lo largo de su historia por el afán conquistador del Hombre. Una ciudad que para algunos no significa nada por su valor económico, pero, para otros, lo es todo por su valor espiritual y simbólico. 

Lo sabían Saladino y Baldino IV, el “rey leproso”. en épocas de Cruzadas, lo sabían los creadores del moderno estado de Israel y los jordanos al finalizar la segunda guerra mundial y los palestinos y los israelíes de estos tiempos. 

Jerusalén tiene un profundo significado religioso para los credos monoteístas, el cristianismo, el judaísmo y el islamismo pero, a pesar de ello, y de haber sido declarada su parte vieja, la oriental, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, permanece en disputa al tiempo que a pocos kilómetros se desarrolla una guerra cruel en la Franja de Gaza donde se enfrentan tropas regulares del ejército israelí con guerrilleros urbanos del grupo extremista palestino Hamas. 

Considerados terroristas por buena parte de los analistas internacionales, los comandos de Hamas perpetraron una cacería humana de civiles judíos desarmados en las ciudades lindantes con la Franja. Mataron a sangre fría a cerca de 1.200 personas, torturaron y secuestraron ciudadanos libres e indefensos entre los que se encuentran 11 argentinos cautivos desde el 7 de octubre. 

La respuesta a los ataques terroristas, llegaron con todo el poder del ejército del estado que dirige el premier Benjamín Netanyahu que, el próximo martes 6 de febrero, recibirá al presidente argentino, Javier Milei, en un encuentro bilateral que tendrá repercusión mundial por el interés que despierta el primer presidente libertario del mundo y su primera gira al exterior que lo llevará a reunirse con uno de los dirigentes que se encuentra con más presión en todo el planeta. 

Milei no quiere llegar con las manos vacías al encuentro. Solicitó a los miembros de su gabinete que encuentre la manera jurídica de declarar a Hamas como una organización terrorista. 

El antecedente de un hecho similar sucedió durante el gobierno de Mauricio Macri cuando declaró a Hezbollah como una organización terrorista por estar involucrados en los atentados a la Embajada de Israel de 1992 y de la AMIA de 1994 en Buenos Aires y por estar vinculados al clan Barakat, acusados de lavado de activo y con vínculos en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. 

Si bien Hamas no organizó incursiones terroristas en territorio nacional, el secuestro de varios connacionales, once de ellos permanecen en cautiverio en los túneles de Gaza en medio de la guerra, es para el presidente Milei justificación suficiente para avanzar en la declaración a través de un decreto. 

Además, hay una delgada línea roja que el presidente argentino está dispuesto a traspasar desde los tiempos en los que hacía campaña electoral al tiempo que se abocaba al estudio de la Torá, que los cristianos conocen como el Pentateuco, y que componen el Antiguo Testamento de la Biblia. 

Una instrucción o enseñanza moral y metafísica, reflejada en los libros del Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. 

El statu quo que busca conmover Javier Milei es respaldar la posición de Israel de declarar Jerusalén capital de su estado al trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a esta ciudad.

Los israelíes han erigido Jerusalén como la capital de su estado, pero Palestina reivindica su parte oriental, donde se encuentra la ciudad vieja o santa, como su propia capital. 

El estatus de la parte oriental de la ciudad, conquistada en 1967 por Israel en la denominada Guerra de los seis días, está disputado por los palestinos que quieren establecer allí su capital mientras que Israel considera a la ciudad como un todo unificado, declarándola como su capital “eterna e indivisible”. 

Tras esta declaración unilateral del año 1980, las Naciones Unidas emitieron una resolución (Nª 478) de su Consejo de Seguridad calificándola como contraria a derecho lo que provocó que muchas naciones trasladaran sus embajadas a la ciudad de Tel Aviv, como pedía la resolución. 

Hoy, Javier Milei está a punto de ordenar que la delegación argentina se traslade de Tel Aviv a Jerusalén como realizara el expresidente estadounidense, Donald Trump, el 6 de diciembre de 2017, cuando reconoció a la ciudad santa como la capital del estado de Israel. 

El pasado mes de noviembre, el Milei candidato, afirmó al periodista Jaime Bayly, que si ganaba, la embajada argentina estaría en Jerusalén porque "al rey David, en un sueño, el Creador, le manifiesta que la capital de Israel es Jerusalén". 

En la actualidad, además de Estados Unidos, Honduras, Guatemala y Kosovo son los únicos países que han abierto una embajada en Jerusalén, y en los últimos meses trascendió la decisión del flamante gobierno de Santiago Peña en Paraguay de sumarse a la iniciativa. 

En Israel aguardan a Javier Milei con los brazos abiertos. Un alto funcionario de la cancillería israelí, expresó la gran expectativa presente que se está viviendo en Israel por la pronta llegada del presidente argentino. 

En declaraciones periodísticas a AJN expresó, “Sin duda reafirma la importante relación entre ambos países y la importante amistad”.