A diferencia de lo que sucedió siete días atrás en Córdoba, donde la participación del afiliado radical en la provincia mediterránea fue muy baja (cercana al 17%), para las internas radicales bonaerenses se aguarda una gran participación de los empadronados en condiciones de sufragar por la capacidad de movilización de los dos "aparatos" que se enfrentan, las listas "Protagonismo Radical", que lidera el intendente de San Isidro, Gustavo Posse y "Adelante Buenos Aires", que postula al jefe del bloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura platense Maximiliano Abad. 

Pero, otro factor clave, ha sido el argumento expuesto en principio en territorio bonaerense por el intendente de San Isidro y que fue amplificado luego, por el senador porteño, Martín Lousteau: terminar con  el "seguidismo casi genuflexo al Pro".

Una idea que se escucha en muchos comités desde la derrota de María Eugenia Vidal y de Daniel Salvador en las últimas elecciones a gobernador bonaerense, que fue graficada con una analogía ferroviaria por Posse es que "los radicales van a elegir si va a ser un partido que sea locomotora de Juntos por el Cambio o que siga siendo furgón de cola".

Entre los que apoyan la candidatura de Posse se escuchan reflexiones similares. "Sabemos que somos el partido con mayor historia política de la Argentina y uno de los más antiguos de Latinoamérica, surgimos como expresión de lo nacional, federal y democrático". O, argumentos de corte ideológico, "somos un partido humanista ubicado en el espacio político que llamamos progresismo, mas cercano a la social democracia. Hemos resignado nuestro papel popular y humanista, de estar junto a los más débiles, para estar por detrás de lo que decide el PRO en Juntos por el Cambio". 

En principio, Maximiliano Abad su contrincante, que cuenta con el apoyo del oficialismo de Daniel Salvador que debió convocar a estas internas que hubiera podido evitar de haber sido otro el resultado frente a la fórmula Kicillof-Magario en 2019, coincide en el discurso de construcción de liderazgos propios, de pura cepa radical. Recurriendo menos a la figura taquillera de María Eugenia Vidal para ganar elecciones provinciales e ir abandonando el rol de actor secundario que tuvo durante la gestión de Cambiemos en la provincia.

Acaso en este aspecto del discurso se hallan las similitudes con su competidor, el intendente de San Isidro, Ángel Gustavo Posse. En sus diatribas públicas suele llamar a “tomar decisiones sin interferencias de partidos aliados, con autonomía, para que la UCR no se convierta en un mero espectador de políticas ajenas”. Pero Posse le responde denunciando la dependencia a las decisiones de la cúpula del PRO durante la gestión de Daniel Salvador.

El desafío radical será el de lograr una mayor autonomía para el partido que se expresará, desde la provincia de Buenos Aires, y que tendrá el poder de convertirse en un factor clave cuando deban aprobarse o desecharse alianzas a nivel nacional. Los 72 convencionales nacionales por la provincia, poseen un peso específico propio, a la hora de votar en una elección crucial como la de Gualeguaychú en 2015.

A pesar de la pandemia los colegios aguardan una buena concurrencia de afiliados radicales

El discurso de terminar con el servilismo al PRO en todas las decisiones de importancia de la vida radical parece, en principio y por sondeos cualitativos que han realizado consultores de opinión, haber pegado más  fuerte entre los afiliados que votarán por la lista de Gustavo Posse. Acaso, porque lo avalan dirigentes que vienen proponiendo lo mismo desde hace bastante tiempo a ambos lados de la avenida General Paz que separa Capital de Provincia, pero fundamentalmente, porque ha logrado mostrarse como un candidato "renovador" dentro del partido frente al aparato nacional que representa el statu quo en las relaciones de la UCR con el PRO dentro de la coalición Juntos por el Cambio.

Esta semana en declaraciones radiales, Gustavo Posse aseguró que su objetivo es reunificar el radicalismo para devolverle al partido el espacio que supo tener. 

A Maximiliano Abad lo sustentan nombres como Ernesto Sanz, Gerardo Morales, Mario Negri, y a último momento, se sumó una de las pocas figuras que miden a nivel nacional en la UCR junto a Martín Lousteau, el neurocirujano Facundo Manes.

El factor Lousteau, hizo la diferencia en la campaña de Gustavo Posse. Al comenzar las acciones proselitistas en muchos comités de Protagonismo Radical se analizaba que la lista del intendente de San Isidro podría ganar en el Conurbano y perder por poco en el interior donde Abad tiene más fidelidad. 

Por ello, en esta pelea que también es de nombres propios y de posicionamientos para las elecciones nacionales del 2023, desde el bunker de Maxi Abad hicieron aparecer a Facundo Manes. Recuperado de Covid-19, el neurocirujano es una especie de contrafigura del senador porteño porque no es candidato en esta interna. Pero, sí lo es su hermano, Gastón, en la lista Adelante Buenos Aires. 

Todos ingredientes que asegurarán una buena convocatoria a las urnas de los aproximadamente 650.000 boinas blancas habilitados a votar en la interna. Una recorrida realizada por Noticas Argentinas relevó el gran interés que existe y la seguridad que hay en los comités de campaña de la afluencia de los afiliados que votarán en pandemia y por la recuperación en valor del radicalismo.

En la primera sección electoral, compuesto por partidos del Conurbano norte, al menos residen 250.00 afiliados, cerca del 38% del padrón. Casualmente, es el mismo número porcentual que posee la provincia de Buenos Aires cuando se vota a nivel nacional.  Un dato que habrá que observar es la votación en San Martín. En esa localidad un aliado de Posse, Walter Carusso, traccionará muchos votos de los 30.000 afiliados en condiciones de sufragar. Mientras que en la tercera sección, compuesta por localidades del Conurbano del sur bonaerense, hay 185.000 afiliados, donde los dirigentes cercanos a Posse se han movilizado en los últimos días.

En el distrito de General Pueyrredón se afiliaron entre marzo y julio del año pasado 2.484 ciudadanos sobre un total de 24.614 que representa al 10,09% del padrón actual del radicalismo marplatense. Una campaña de búsqueda de voluntades que se repitió en otras localidades para sumar representatividad nacional.

Cuentas que sacan en los locales partidarias mientras aguardan un concurrencia interesante a las urnas el domingo 21. Tradicionalmente, suele concurrir el 10% o el 15% del padrón electoral radical. Pero, después de más de seis años sin internas en Buenos Aires, Posse y Abad se ilusionan con lograr una participación récord que supere el 30% de los afiliados cuanto menos. Se trataría de una concurrencia a las urnas de cerca de 200.000 electores. 

De conseguirse esa cifra no habrá dudas, será un mérito de los filosos argumentos del tándem Posse-Lousteau para sacar a la UCR del letargo en el que cayó luego de Gualeguaychú en 2015. Ese momento en el que se eligió integrar Cambiemos pero relegando el protagonismo principal en los dirigentes de Mauricio Macri, asociándose a lo que muchos "alfonsinistas" -desde luego por Raúl y no por Ricardo- consideran como el partido más conservador de la política nacional, el PRO.