El Gobierno Nacional denunció irregularidades en el Hospital Nacional Sommer, especializado en la cura de la enfermedad de Hansen, mejor conocida como lepra, por el uso ilícito de viviendas y la explotación de los terrenos destinados al cuidado de los pacientes. 

Irregularidades en el Hospital Nacional Dr. Baldomero Sommer

"Se detectaron y eliminaron severas irregularidades en el Hospital Nacional Dr. Baldomero Sommer”, anunció el vocero presidencial, Manuel Adorni, en la habitual conferencia de prensa, y apuntó contra la Asociación de Internados, que no cuenta con la intervención de las autoridades del hospital.

El funcionario precisó que las auditorías a cargo del Ministerio de Salud arrojaron lo que calificó como “un emprendimiento inmobiliario”, que funcionaba en el partido bonaerense de General Rodríguez, en el que alquilaban "de manera ilegal" las 192 viviendas destinadas para el resguardo de los pacientes con secuelas de enfermedades infecciosas.

Denuncias sobre la Asociación de Internados

Según indicaron fuentes involucradas en los relevamientos, de las 192 viviendas disponibles, 130 están ocupadas por 150 enfermos de Hansen, y 62 se encuentran en manos de personas sin vínculos con la enfermedad.

“Había una asociación que administraba estas cuestiones dentro del hospital y que empezó a alquilárselas a los pacientes de manera ilegal”, afirmó, y agregó: "Una vez que éstos fallecían, por su avanzada edad, las vendían sin papeles y fuera de la legalidad, porque son propiedad del Estado nacional”.

Por su parte, Adorni señaló que se descubrió el uso “indebido” de los terrenos linderos que pertenecen al hospital, y detalló que se alquilaban de manera ilegal para pastar ganado, donde encontraron 100 vacas y 50 caballos.

Finalmente, el vocero presidencial aseguró que “la asociación de pacientes de Hansen del hospital se valió de los recovecos del Estado ineficiente para hacer de sus curros y negociados y este Gobierno encuentra un curro o un robo o un acto de corrupción, y lo primero que hace es eliminarlo de cuajo”.

Además, se reveló que la Asociación de Internados sustraía la remuneración destinada a los residentes que participan en actividades laborales en el hospital, mediante la imposición de cuotas sociales obligatorias, y les vendían alimentos a “montos exorbitantes" a través de la Cooperativa de Alimentos de Asociación.