En el corazón de la Cordillera de los Andes se encuentra una ruta argentina escénica que serpentea a la vera de una vieja línea de ferrocarril y atraviesa paisajes espectaculares entre picos de montaña nevados y un río caudaloso en el que se puede hacer rafting. 

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Se trata de la Ruta Nacional 7, que conecta la Ciudad de Mendoza con Chile a través del paso internacional Cristo Redentor y que está profundamente marcada por el legado del Ferrocarril Trasandino Mendoza-Los Andes, que comenzó a funcionar en 1910 y se discontinuó en 1984, tras 74 años de servicio. 

A pesar de que esta importante línea férrea nunca más volvió a funcionar, muchos de sus túneles, puentes y estaciones abandonadas aún pueden verse al costado del camino y añaden un aire nostálgico al viaje, evocando a una época pasada en la que el ferrocarril sirvió como una conexión muy importante entre Mendoza y Chile. 

Durante el trayecto se pueden apreciar paisajes majestuosos y lugares icónicos como el famoso Puente del Inca, en el que que antiguamente funcionó un importante hotel termal que debió ser clausurado en 1965 cuando un alud dañó una gran parte de su estructura. 

Las vías aún se conservan en la estación Puente del Inca del Ferrocarril Trasandino Los Andes-Mendoza. Foto: Agencia Noticias Argentinas
Las vías aún se conservan en la estación Puente del Inca del Ferrocarril Trasandino Los Andes-Mendoza. Foto: Agencia Noticias Argentinas

Sin embargo la estación de tren Puente del Inca continuó funcionando durante 28 años más hasta que el Ferrocarril Trasandino fue clausurado. 

Actualmente, se puede visitar la estación, que en su interior alberga una exposición de artesanos locales, mientras que las vías y parte de las señalizaciones ferroviarias  también se conservan, por lo que muchos turistas suelen sacarse fotos en este lugar para llevarse un recuerdo de lo que fue este ferrocarril. 

Otro punto destacado que se puede apreciar en el trazado de la RN7 es el Cerro Aconcagua: al costado del asfalto, y de las antiguas vías del tren, se puede apreciar la base de este fenomenal cerro que es el más alto de Argentina y América y es objeto de culto de los andinistas nacionales y de todas partes del mundo. 

Ruta Nacional 7, un camino imperdible entre naturaleza y aventura 

Al lado de la RN7 comienza un sendero en el que se puede ver la base del Cerro Aconcagua. Foto: Agencia Noticias Argentinas / Gobierno de Mendoza
Al lado de la RN7 comienza un sendero en el que se puede ver la base del Cerro Aconcagua. Foto: Agencia Noticias Argentinas / Gobierno de Mendoza

El recorrido escénico que realiza la Ruta Nacional 7 entre Mendoza y Chile también está acompañado de la posibilidad de realizar actividades al aire libre en el marco de una geografía espectacular marcada por la belleza de las montañas nevadas. 

Los fanáticos del trekking y de las caminatas tienen a disposición múltiples opciones para explorar el lugar, incluyendo rutas hacia el Parque Provincial Aconcagua donde se puede apreciar los paisajes de altura y la gran biodiversidad que reina en el lugar. 

Además, el Río Mendoza corre paralelo a la RN7 y es uno de los lugares destacados de la Argentina para practicar rafting y otras actividades acuáticas. Durante el invierno, las pistas de ski, como Los Penitentes, atraen tanto a esquiadores y a snowboarders. 

Cuando conviene recorrer en auto la Ruta Nacional 7 de Mendoza 

La mejor época del año para recorrer la Ruta Nacional 7 que une la Ciudad de Mendoza con Chile va desde octubre hasta abril, cuando el trazado está libre de nieve y es más fácil transitarlo. 

Luego, durante el invierno, el itinerario puede llegar a complicarse debido a las nevadas y en muchos casos hay que poner cadenas en las gomas para poder circular. 

También, durante la época invernal el túnel paso internacional Cristo Redentor puede estar cerrado, por lo que se recomienda chequear el estado de la ruta antes de salir de viaje para evitar dolores de cabeza. 

Un dato a tener en cuenta es que durante el trazado de la RN7 en esta parte de su recorrido existen pocas opciones gastronómicas, por lo que se aconseja llevar una vianda propia o detenerse en las localidades de Uspallata, Potrerillos o Puente del inca para comer algo.