Mediante un comunicado, la Embajada de Israel en la Argentina manifestó su preocupación por la retención del avión venezolano-iraní en Ezeiza y alertaron sobre la consolidación de la Guardia Revolucionaria y la Fuerza Quds en el mundo e incluso en Sudamérica, como base para acciones terroristas en el continente.

“Ante los hechos de público conocimiento referidos al aterrizaje de un avión venezolano-iraní perteneciente a una empresa aérea sancionada por los Estados Unidos, la Embajada de Israel manifiesta la preocupación del Estado de Israel al respecto”, inicia. Continúa puntualizando en el avión y su tripulación: “Esta aeronave, que hasta hace poco tiempo era utilizada por la empresa iraní Mahan Air, aterrizó en Argentina llevando a bordo a un grupo de funcionarios iraníes, entre los que se encontraba un alto ejecutivo de la empresa aérea persa Qeshm Fars Air”.

La embajada también remarcó la preocupación del Estado de Israel por la actividad de las compañías Mahan Air y Qeshm Farns Air en América Latina porque se trata, según el texto, de “empresas que se dedican al tráfico de armamento y al traslado de personas y equipos que operan para la Fuerza Quds las cuales están sancionadas por Estados Unidos por estar involucradas en actividades terroristas”.

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“Los hechos recientes dan cuenta de los intentos sostenidos de la República Islámica de Irán, a través de la Guardia Revolucionaria y la Fuerza Quds, para continuar consolidando su influencia en todo el mundo, incluso en Sudamérica, como base para acciones terroristas en el continente”, señala.

“El Estado de Israel considera que la postura firme de Argentina constituye un mensaje importante a Teherán para que no vuelva a intentar actuar en suelo argentino ni en ningún otro país de la región”, resalta el comunicado. Para finalizar, el Estado de Israel expresó su reconocimiento por “el accionar rápido, efectivo y firme de las fuerzas de seguridad argentinas que identificaron en tiempo real la amenaza potencial de la aeronave a la luz de las sanciones que le fueron impuestas”.

Los iraníes y venezolanos que forman parte de la tripulación del vuelo investigado no hablaron aún ante la Justicia, pero sí lo hicieron a allegados: sostienen que eran 19 y estaban juntos porque los primeros le daban las instrucciones de vuelo del Boeing 747 cuando pasó de manos de una empresa iraní a Venezuela en enero de este año. Es un argumento en línea a lo que declaró, sólo en base a deducciones, el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi.

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Según esa versión que los investigados dejaron correr, al ser un avión de gran porte, requiere de algunas especificaciones de mecánica, mantenimiento y vuelo. Por eso, los iraníes viajaban en conjunto con los venezolanos cuando la aeronave en enero pasado fue comprada por Emtrasur a la iraní Mahan Air, esta última sancionada por los Estados Unidos. Por otro lado, la tripulación niega que hayan desactivado el Transporter como se aseguró. Es el GPS que marca el recorrido del avión antes de su aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

Desde la defensa que asumirán los iraníes y venezolanos en caso de prosperar una acusación en su contra, se halla un punto dudoso que tiene que ver con el allanamiento a la aeronave cuando aterrizó: la misma no se hizo bajo orden judicial y ese es un argumento del cual puede cuestionar la estrategia legal de la tripulación. Por el momento, el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, no imputó a ninguno de la tripulación en particular y se aguarda el resultado del peritaje sobre los teléfonos y otros dispositivos que han secuestrado.