La Cumbre de jefes de gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) tuvo asistencia perfecta en su séptima edición, que tiene a la Argentina como anfitriona. Es que los treinta y tres Estados enviaron a sus mandatarios o representantes gubernamentales a la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, este bloque geopolítico y comercial estuvo en vilo a principios del 2020, cuando Brasil lo abandonó por motivos "ideológicos y democráticos". 

La decisión fue tomada el 16 de enero de ese año por el hasta hace un mes atrás presidente Jair Bolsonaro. "Brasil decidió suspender su participación en la CELAC. No tenía resultados en la defensa de la democracia. Al contrario, daba protagonismo a regímenes no democráticos como los de Venezuela, Cuba, Nicaragua", informó por entonces la Cancillería, argumento que en estos días tomó la oposición en Argentina contra esos países para rechazar la cumbre.

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El líder de la derecha brasileña logró así dar un paso adelante en su cruzada contra los foros y acuerdos unilaterales constituidos en los años dorados de los gobiernos populistas, encabezados por Luiz Inácio "Lula" da Silva, Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Evo Morales, entre otros. Para la CELAC, creada en 2010, esa decisión ratificó la ola conservadora en América Latina que quedó plasmada en el fracaso del foro en El Salvador (2018) y en Bolivia (2019).

Bolsonaro, en paralelo, dio otro golpe al desafiliar a Brasil de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), un organismo surgido en 2008 que también nació al calor de las corrientes progresistas que dominaron Sudamérica por casi dos décadas. Sin embargo, tras el cambio de tendencia, apenas le quedaron miembros activos y hoy permanece desarticulado. En respuesta, Brasil pasó al antagónico Foro para el Progreso de América del Sur (PROSUR).

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Fundado en Chile, este bloque representó la expresión regional de los líderes de derecha y del libre mercado. Además de Bolsonaro, entre sus impulsores estuvieron el exmandatario trasandino Sebastián Piñera, el expresidente argentino Mauricio Macri e Iván Duque, jefe de Estado de Colombia hasta mediados del 2022. Posteriormente, con sus respectivas salidas del poder, el PROSUR tuvo un retroceso acelerado por el regreso de las propuestas de centro- izquierda.

El regreso de Brasil de la mano de Lula

La CELAC se basa en acuerdos en materia de “desarrollo social, educación, desarme nuclear, agricultura familiar, cultura, finanzas, energía y medio ambiente”. Como consecuencia del triunfo de Da Silva sobre Bolsonaro en las últimas elecciones, Brasil se volvió al foro regional tras 3 años de ausencia. El mandatario de la economía más grande de Latinoamérica es el principal invitado de esta edición encabezada por su par argentino Alberto Fernández.

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“El regreso de Brasil a la comunidad latinoamericana de Estados es un paso indispensable para la recomposición de nuestro patrimonio diplomático y plena reinserción del país en la comunidad internacional”, fue el comunicado que publicó a comienzos de enero las autoridades del país vecino, que describió su reincorporación a la CELAC “de forma plena e inmediata a todas las instancias del mecanismo, tanto de carácter político como de naturaleza técnica”.

La VII edición cuenta por primera vez con todos sus miembros: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, San Cristóbal y Nieves, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Mancomunidad de Dominica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

“Una CELAC sin Brasil es una CELAC vacía”

Alberto Fernández inauguró la séptima Cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños con un fuerte discurso contra la derecha, que la calificó como "recalcitrante", y llamó a "garantizar y fortalecer" la institucionalidad de la región. Además, hizo un balance de su presidencia pro tempore durante el 2022, año al que tildó de "difícil", y aseguró que tanto Venezuela como Cuba sufren un "bloqueo desde hace décadas".

Luego de una breve introducción y ante la atenta mirada de Lula da Silva, el jefe de Estado argentino pidió un aplauso por el retorno de Brasil e hizo hincapié en que "una CELAC sin Brasil es una CELAC vacía”. En paralelo, llamó a "trabajar para garantizar y fortalecer la institucionalidad de nuestra región" ya que “la democracia está en riesgo" y cerró: "No podemos permitir que la derecha recalcitrante y fascista ponga en riesgo la institucionalidad de nuestro pueblo".