Causa Cuadernos: durísima presentación del empresario que detectó las adulteraciones
Advirtió al Tribunal Oral que está "violando" sus "derechos de ciudadano" al impedir que se siga avanzando en la constatación de adulteraciones en la prueba principal.
El empresario Armando Loson, quien encargó un peritaje privado que detectó más de 1.600 adulteraciones en los denominados “cuadernos de la corrupción” sólo en lo referido a él, le advirtió hoy al Tribunal Oral que debe celebrar el juicio que está “violando” sus “derechos como ciudadano”.
Mediante un escrito de 15 páginas, Loson –procesado en la Causa Cuadernos- se ofuscó por el pedido del Tribunal Oral Federal 7 al juez Marcelo Martínez de Giorgi para que deje de investigar las irregularidades denunciadas en los cuadernos.
“La decisión del Tribunal viola en todo sentido posible mis derechos como ciudadano que pretende que el Poder Judicial, uno de los poderes del Estado, investigue -y en su caso sancione- hechos que revisten indudable tipicidad penal”, alertó Loson.
“Independientemente del comprobado y acreditado delito tras el peritaje caligráfico oficial realizado a instancias del juez de instrucción, lo cierto es que se pretende cercenar mi derecho constitucional como víctima y su específica regulación legal, lo cual redunda en una duda fundada acerca de si podré eventualmente tener un juicio justo sin opiniones preconcebidas”, añadió.
Loson formuló una denuncia ante el juez Marcelo Martínez de Giorgi después de que un peritaje privado encargado por su defensa detectara las anomalías en los cuadernos.
Martínez de Giorgi ordenó una serie de medidas de prueba, entre ellas dos peritajes oficiales, que corroboraron las adulteraciones e identificó como el autor de esas sobre escrituras al ex policía Jorge Bacigalupo, amigo del supuesto redactor de redactor de los cuadernos, el chofer Oscar Centeno.
Entonces el tribunal oral, a instancias de la fiscal Fabiana León, le pidió que se inhibiera de seguir investigando.
Loson sostuvo que el Tribunal Oral “instó al Juez y al Fiscal de instrucción a que incumplan la ley e interrumpa anti-normativamente la instrucción de un proceso en trámite, sobre la premisa -cuanto menos equivocada- de que el Tribunal tiene una competencia omnicomprensiva sobre absolutamente todo lo vinculado a la causa cuadernos, incluyendo determinar si se cometieron delitos durante su iniciación e instrucción”.
Loson le atribuyó al Tribunal Oral un razonamiento: “nosotros abarcamos todo y tenemos competencia única y exclusiva de investigar todo en el juicio y nadie, que no sea nosotros, puede siquiera pensar en investigar si hubo delitos en la instrucción, o no”.
“Cualquier persona que, como yo, considera que fue víctima de un delito, tiene derecho inalienable a promover una investigación jurisdiccional. El Estado, a través del Ministerio Público Fiscal y el Poder Judicial de la Nación, están obligados a examinar la denuncia, su competencia, la tipicidad y en su caso investigarlos diligentemente, no como una simple formalidad, sino de modo efectivo”, reivindicó.
El empresario fue lapidario al opinar sobre la Causa Cuadernos: “Este proceso alarma, huele mal y presenta enormes irregularidades, puntos muy oscuros, y graves delitos. (…) Nunca existió un proceso de estas características en la historia judicial argentina (forma de iniciación, detenciones arbitrarias, formación de causas paralelas que tramitaron ante el mismo juez, arrepentidos, etc.). Acudo a la memoria de todos”.
“No pretendo –añadió- una guerra con nadie, ni con la Fiscalía, ni con el Tribunal. La causa tiene como trasfondo una guerra de intereses de todo tipo: políticos, métodos ilegales, de la prensa de una u otra tendencia, de jueces y fiscales, pero debemos recurrir al derecho respetando la Constitución y la Ley”.
Loson le pidió al Tribunal Oral “que acelere la convocatoria al debate y, de paso, examine la curiosa forma que se inició el proceso, cómo eligieron al magistrado y al fiscal, su competencia, la formación de otras causas paralelas, las detenciones injustificadas, los embustes de Centeno, Bacigalupo, y otros, lo sucedido con los famosos cuadernos (su armado, y cadena de custodia), prisión o declarás, motivaciones políticas, crematísticas y personales, odios, mentiras y parcialidades”.
Todo ello, pronosticó, “oportunamente se develará en el juicio y se reconstruirá lo sucedido y se llegará a la verdad. (…) No triunfan los acusadores, la defensa ni los jueces, sino la prueba”, subrayó.