Yasna Provoste, única mujer entre siete aspirantes a la Presidencia de Chile en las elecciones del próximo 21 de noviembre, apuesta por la conquista del voto moderado y de centro para llegar a gobernar al país con su vasta trayectoria política.

Senadora actual por la región de Atacama, oriunda del norte chileno y primera postulante a la Presidencia de origen indígena, fue seleccionada tras una consulta ciudadana como abanderada de la coalición política de Nuevo Pacto Social, creada hace unos meses para estos comicios, e integrada por el Partido Demócrata Cristiano, Partido Socialista y Partido Radical, entre otros movimientos políticos afines.

Ella fue una de las últimas candidatas en incorporarse a la carrera por el sillón presidencial del Palacio La Moneda, y escaló rápidamente hasta la tercera y cuarta preferencia, según los sondeos, en su mayoría cuestionados por la opinión pública por no prever con certeza los resultados de las últimas votaciones realizadas durante la pandemia.

Provoste, de 51 años, ejerció este año como presidenta del Senado, donde hizo eco de su férrea oposición al gobierno del presidente Sebastián Piñera, y renunció a su puesto para dedicarse a su campaña política.

"Tenemos que ser capaces de unir y reconstruir al país después de una crisis muy amplia a nivel social, económico, político y climático", señaló durante uno de sus actos públicos, al admitir que "han sido tiempos muy difíciles, donde se ha extraviado la gobernabilidad, la paz social y nuestra coalición puede garantizar las transformaciones que Chile necesita".

Provoste se formó como profesora de Educación Física en la Universidad de Playa Ancha, en la ciudad puerto de Valparaíso, y ha viralizado sus dotes de gimnasta en las redes sociales para ganar popularidad entre los usuarios de internet.

También ha aprovechado las plataformas electrónicas y los medios de prensa para compartir una postura dialogante, con voluntad de lograr acuerdos y aunar posiciones en un país fragmentado desde las protestas ciudadanas de 2019 e impactado a nivel económico y social por la enfermedad del nuevo coronavirus (Covid-19).

La ex diputada, anterior gobernadora de la provincia de Huasco e intendenta por la región de Atacama, creció en la pequeña localidad de Vallenar, en una familia de padres empresarios microbuseros, y ha enfocado su rol en el servicio público en la zona norte de Chile, a la cual pertenece.

Fue también ministra de Planificación (2004-2006) bajo el mandato de Ricardo Lagos, y se desempeñó como ministra de Educación (2006-2008) en la primera administración de Michelle Bachelet, un cargo del que fue destituida por el Congreso por irregularidades en la entrega de subvenciones escolares y que la mantuvo cinco años fuera de la esfera pública, asentada en Canadá.

Militante del Partido Demócrata Cristiano desde su adolescencia como dirigente escolar, es enfática en defender el legado de la ex Concertación, una bancada de partidos políticos de izquierda y centro que se unieron para derrocar al entonces presidente chileno, Augusto Pinochet (1973-1990), con el plebiscito de 1988, y que gobernaron el país por las siguientes dos décadas. "No soy de aquellas que reniega lo que nosotros hemos hecho, muy por el contrario, digo con orgullo que fuimos capaces de recuperar y reconstruir nuestro país después de una dictadura sangrienta, con niveles de pobreza del 40 por ciento", afirmó Provoste en una entrevista televisada, en respuesta a las críticas que apuntan a ese conglomerado hoy disuelto y dividido en apoyos.

Se define de clase media, católica cuasimodista y orgullosa de su ascendencia indígena diaguita. Aboga en su programa por los derechos de las mujeres y la diversidad sexual, la descentralización y el regionalismo, con una fuerte agenda territorial que le ha brindado amplias mayorías en sus anteriores postulaciones al Congreso.