Ucrania desecha el pedido del Papa para que negocie con Rusia el fin de la guerra
Francisco había ensalzado el valor de "enarbolar la bandera blanca"
Ucrania rechazó el domingo el llamamiento del papa Francisco a negociar el fin de la guerra con Rusia y el presidente, Volodímir Zelenski, dijo que el pontífice estaba llevando a cabo una "mediación virtual", mientras que su ministro de Asuntos Exteriores afirmó que Kiev nunca capitularía.
Francisco dijo que cuando las cosas iban mal para una de las partes en conflicto había que mostrar el "valor de izar la bandera blanca" y negociar. La entrevista del Papa sería la primera vez que Francisco utiliza términos como "bandera blanca" o "derrotado" al hablar de la guerra de Ucrania, aunque en el pasado se ha referido a la necesidad de entablar conversaciones.
Zelenski no se refirió directamente al Santo Padre ni a sus comentarios, pero mencionó a figuras religiosas que ayudan dentro de Ucrania.
"Nos apoyan con la oración, con sus debates y con hechos. Esto es lo que es una iglesia con el pueblo", sostuvo Zelenski en su discurso nocturno por video. "No a 2.500 km de distancia, en algún lugar, mediación virtual entre alguien que quiere vivir y alguien que quiere destruirte".
El ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, escribió en la plataforma de redes sociales X que la persona fuerte en cualquier disputa "se sitúa del lado del bien en lugar de intentar poner a ambos en el mismo plano y llamarlo 'negociaciones'".
"Nuestra bandera es amarilla y azul", escribió Kuleba en inglés, refiriéndose a la bandera nacional ucraniana. "Esta es la bandera por la que vivimos, morimos y prevalecemos. Nunca izaremos ninguna otra bandera".
Kuleba también se refirió a las acusaciones de que el papa Pío XII no actuó contra los nazis en Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
"Insto (al Vaticano) a que evite repetir los errores del pasado y apoye a Ucrania y a su pueblo en su justa lucha por sus vidas".
Se refería así a los antiguos argumentos de que Pío XII no tomó ninguna medida a pesar de las pruebas que surgieron durante la guerra sobre la magnitud del Holocausto. Una carta publicada el año pasado en los archivos vaticanos parecía demostrar que Pío ya estaba al corriente de las acciones nazis para exterminar a los judíos en 1942.
Los partidarios de Pío dicen que trabajó entre bastidores para ayudar a los judíos y que no se pronunció para no empeorar la situación de los católicos en la Europa ocupada por los nazis. Sus detractores afirman que le faltó valor para dar a conocer la información de que disponía a pesar de las súplicas de las potencias aliadas que luchaban contra Alemania.
El arzobispo Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia católica ucraniana de rito oriental, que cuenta con cinco millones de fieles, también rechazó los comentarios del Sumo Pontífice.
"¡Ucrania está herida, pero no conquistada! ¡Ucrania está agotada, pero se mantiene y se mantendrá en pie!", declaró Shevchuk en Nueva York, según el sitio web de la Iglesia. "Créanme, nadie tiene la menor idea de rendirse".
Zelenski ha pedido la retirada de todas las tropas rusas y el restablecimiento de las fronteras postsoviéticas de Ucrania. El Kremlin descarta entablar conversaciones en los términos fijados por Kiev.
El Papa ha molestado varias veces a las autoridades ucranianas, como su llamamiento el año pasado a los jóvenes rusos para que se enorgullezcan de ser herederos de zares como Pedro el Grande, puesto como ejemplo por el presidente Vladímir Putin para justificar sus acciones en Ucrania.
Funcionarios europeos que apoyan a Ucrania en sus esfuerzos por expulsar a las tropas rusas denunciaron los últimos comentarios de Francisco.
"¿Qué tal, para equilibrar, animar a Putin a tener el valor de retirar su ejército de Ucrania?", escribió en X el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski.
El Presidente de Letonia, Edgars Rinkevics, también expresó en X, "no hay que capitular ante el mal, hay que combatirlo y derrotarlo, para que el mal levante la bandera blanca y capitule".
(Reporte adicional de Giulia Segreti; Escrito por Ron Popeski; Editado en Español por Ricardo Figueroa, Reuters)