Las Fuerzas Armadas de Ucrania continuaron atacando Kursk con misiles de largo alcance durante los últimos tres días, en tanto que Rusia respondió con otro artefacto balístico hipersónico, informaron medios internacionales.

El Ministerio de Defensa de Rusia informó del lanzamiento de otros cinco misiles tácticos operativos ATACMS de fabricación estadounidense contra posiciones de defensa antiaérea en el asentamiento de Lotarevka, a 37 kilómetros de la ciudad de Kursk e incluso exhibió las imágenes.

Los sistemas de artillería antiaérea Pántsir, que proporcionaban cobertura a esta división, lograron destruir tres de esos misiles, mientras que los otros dos alcanzaron el objetivo. "Como consecuencia del impacto, el radar resultó dañado y hay bajas entre el personal", indica el informe.

Posteriormente, el 25 de noviembre, Kiev lanzó otro ataque con ocho misiles tácticos operativos ATACMS contra el aeródromo de Kursk-Vostochny. Siete fueron derribados, mientras que uno de ellos alcanzó el objetivo, reveló Defensa, citado por el sitio Actualidad RT. "Como resultado de la caída de fragmentos de cohete, dos militares resultaron levemente heridos y las instalaciones sufrieron daños leves", añadió la cartera.

En respuesta a estos ataques, los militares rusos lanzaron un misil Oréshnik, equipado con ojivas convencionales contra una planta militar en Dnepropetrovsk. Oréshnik es un novedoso misil balístico de alcance intermedio capaz de impactar contra sus objetivos a una velocidad hipersónica de Mach 10, lo que equivale a casi tres kilómetros por segundo.        

Como consecuencia de esta réplica de Rusia, la OTAN y Ucrania mantuvieron conversaciones en Bruselas sobre el nuevo misil hipersónico ruso. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, justificó la acción como respuesta al uso de armas occidentales por parte de Ucrania y advirtió sobre posibles bombardeos a instalaciones militares de países que la apoyan, publicó el sitio France 24.

 Además, Rusia lanzó un récord de 188 drones contra Ucrania, afectando la red eléctrica en Ternopil y dejando al 70% de la región sin electricidad, según funcionarios ucranianos.