La explosión de una mina de carbón en la provincia turca de Bartin dejó al menos catorce muertos, 28 heridos y casi 50 trabajadores atrapados bajo los
escombros, según reportes provisionales.

En tanto, ocho operarios alcanzaron a salir por sus propios medios, luego de la explosión, cuyo origen se desconoce por el momento, aunque algunas versiones indicaban que se produjo por una acumulación de gas grisú.

El grisú es un gas incoloro, inodoro, inflamable y venenoso, más ligero que el aire, que está compuesto principalmente de metano y al mezclarse con el oxígeno es altamente inflamable.

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El siniestro se produjo alrededor de las 15.00 (GMT) en la mina ubicada en Amasra, sobre el Mar Negro, al norte del país, y rápidamente los equipos de rescate se acercaron hasta el lugar.

Ahora, la prioridad es rescatar a los mineros que quedaron atrapados a unos 300 metros de profundidad, y con cierta premura, ante la posibilidad de que se queden sin oxígeno.

Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, envió inmediatamente a sus ministros de Interior y Energía al lugar de los hechos para supervisar las labores de rescate de los bomberos y equipos especializados.

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