Tanques israelíes irrumpieron de nuevo en sectores del norte de la Franja de Gaza que abandonaron la semana pasada, según informaron los residentes el martes, con lo que se reanudaron algunos de los combates más intensos desde Año Nuevo, cuando Israel anunció que estaba reduciendo sus operaciones en la zona.

Desde el otro lado de la frontera con Israel se podían ver explosiones masivas sobre las zonas septentrionales de Gaza, algo poco habitual en las dos últimas semanas después de que Israel 
anunciara una reducción de sus fuerzas en el norte como parte de una transición hacia operaciones más pequeñas y selectivas.

El intenso sonido de los disparos cruzó la frontera durante toda la noche. Por la mañana, las estelas de condensación serpenteaban por el cielo mientras las defensas israelíes, la Cúpula de Hierro, derribaban los cohetes lanzados por los militantes a través de la valla, prueba de que siguen siendo capaces de lanzarlos tras más de 100 días de guerra.

Israel dijo que sus fuerzas mataron a decenas de combatientes de Hamás durante la noche en enfrentamientos en Beit Lahiya, en el extremo norte de la franja. Las autoridades sanitarias de Gaza informaron de que los bombardeos israelíes de las últimas 24 horas habían causado la muerte de 158 personas en el enclave, lo que eleva a 24.285 el número de víctimas mortales de la guerra, que cumple su cuarto mes, y se teme que haya miles de cadáveres más bajo los escombros.

Israel lanzó la guerra para erradicar a Hamás después de que los militantes asaltaran la valla fronteriza el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y capturando a 240 rehenes. La guerra ha obligado a casi todos los habitantes de Gaza a abandonar sus hogares, algunos varias veces, y ha provocado una crisis humanitaria, con escasez de alimentos, combustible y suministros médicos.

Presionado por Washington para reducir el número de víctimas civiles, Israel anunció un cambio de táctica, pasando de un asalto terrestre a gran escala a operaciones selectivas contra los militantes de Hamás que controlan el enclave.

Comenzó ese cambio con una retirada en el norte, donde sus fuerzas habían comenzado su ofensiva terrestre en octubre. El lunes por la noche, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, también declaró que el asalto terrestre más reciente en el sur estaba llegando a su fin.

No obstante, el camino hacia la distensión sigue pareciendo remoto, ya que Israel afirma que no se detendrá hasta que Hamás sea destruida, y los combatientes no muestran signos de haber 
perdido la capacidad de resistencia. Funcionarios israelíes dijeron que los cohetes de Hamás alcanzaron una tienda de electrónica en el sur de Israel el martes por la mañana. No hubo 
informes inmediatos de víctimas.

Algunos de los cientos de miles de residentes que huyeron del norte a principios de la guerra habían empezado a regresar la semana pasada a las zonas bombardeadas donde se habían retirado los israelíes. Pero los residentes que hablaron con Reuters el martes dijeron que el brusco resurgir de los combates en el norte frenaron los planes de intentar volver a casa.

"Casi planeamos volver a nuestra casa en Nazla, al este de Jabalia, pero gracias a Dios no lo hicimos. Esta mañana ha llegado gente que vive cerca y nos ha dicho que los tanques han vuelto allí", dijo Abu Jaled, de 43 años, padre de tres hijos y que ahora vive con unos parientes en la Ciudad de Gaza.

"Los bombardeos de los tanques y los aviones no cesaron en toda la noche. Nos recordó al primer día de la incursión terrestre", afirmó. "Sólo creeré que los tanques se han retirado cuando se anuncie un acuerdo de alto el fuego".

En el sur del enclave, las fuerzas israelíes se abrieron paso hasta el centro de la principal ciudad meridional, Jan Yunis, y hasta localidades situadas al norte y al este de la ciudad central 
de Deir al-Balah.

La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se hacinan ahora en las pocas zonas del sur en las que aún no han entrado las tropas israelíes, como Deir al-Balah y Rafah, situada en el extremo sur de la franja.