Rusia y Ucrania siguen acusándose mutuamente por ataques a civiles
Según Kiev, en Mykoláiv fueron impactadas dos instalaciones médicas y edificios residenciales. Moscú denunció a su vez un bombardeo sobre Nóvaya Kajovka, en la provincia de Jersón.
Los bombardeos no cesaron sobre diversos puntos de Ucrania y ambos bandos en guerra volvieron a acusarse mutuamente en las últimas horas de ataques sobre la población civil.
Las fuerzas rusas bombardearon la ciudad de Mykoláiv, en el sur de Ucrania con misiles que alcanzaron dos instalaciones médicas y edificios residenciales, denunció Kiev este martes.
Así lo dijo el alcalde de Mykoláiv, Oleksandr Sienkevych en una red social, según informó el sitio Ukrinform.
"Mykoláiv nuevamente fue objeto de un bombardeo masivo esta mañana. Según información preliminar, los misiles alcanzaron dos instalaciones médicas y edificios residenciales. Cuatro personas resultaron heridas", precisó.
Al menos siete personas murieron, 90 resultaron heridas y centenares aún puedan estar atrapadas bajo los escombros tras el ataque con lanzacohetes múltiples HIMARS, de fabricación estadounidense, que las fuerzas ucranianas perpetraron la noche de este lunes contra la ciudad de Nóvaya Kajovka, en la provincia de Jersón, señaló Moscú.
El jefe de la administración civil y militar del distrito de Kajovka, Vladímir Leóntiev, indicó que el número de víctimas mortales podría ir en aumento, ya que muchos residentes aún permanecían bajo las ruinas o están bloqueados en edificios dañados por el bombardeo.
Entre los fallecidos se encuentra un adolescente discapacitado que estaba de servicio en un almacén de ayuda humanitaria en el momento del ataque, calificado por el funcionario como "crimen contra la población civil".
Asimismo, Leóntiev tachó el bombardeo de "crimen que quedará en los libros de historia", ya que una ciudad pacífica fue atacada con armas de alta precisión, describe el cuadro el sitio Actualidad RT.
Leóntiev precisó que centenares de casas resultaron fuertemente dañadas y decenas de infraestructuras quedaron reducidas a escombros.
El bombardeo afectó a escuelas, jardines de infancia, hospitales e iglesias, además de una planta que producía equipos para centrales hidroeléctricas en todo el mundo también fue destruida.
El suministro de gas y electricidad a la ciudad tuvo que ser interrumpido parcialmente debido a los ataques, siguió el sitio ruso.
El bombardeo provocó una explosión en unos almacenes de fertilizantes minerales y salitre, detalló Leóntiev, agregando que "un almacén con ayuda humanitaria sufrió graves daños como consecuencia del ataque de las formaciones armadas ucranianas".
Por su parte, Kirill Stremoúsov, jefe adjunto de la administración civil y militar de la provincia de Jersón, explicó que la ciudad fue objeto de seis ataques, tres de los cuales fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea.
El bombardeo afectó mayormente el centro de Nóvaya Kajovka, precisó: "Se rompieron los cristales de las ventanas, se destruyó infraestructura exclusivamente civil, no hay ninguna información acerca de militares fallecidos, únicamente sobre población civil".
Las autoridades locales relacionaron el ataque contra la ciudad con las declaraciones del ministro de Defensa ucraniano, Alexéi Réznikov, quien aseguró en una entrevista publicada el sábado que el presidente Volodímir Zelenski había ordenado preparar un asalto contra las regiones costeras del sur del país.
Leóntiev asegura que las palabras de Réznikov indican que la orden del mandatario ucraniano está detrás del ataque contra los civiles: "Literalmente, hace dos días, el jefe del Ministerio, probablemente no de Defensa, sino del Ministerio del Asesinato [Ucrania], Alexéi Réznikov habló sobre el comienzo de la liberación de los territorios temporalmente ocupados. Pues ya comenzó. Y por orden de Zelenski. Por lo tanto, solo puedo suponer lo que les espera a los residentes más adelante", declaró Leóntiev.
La voz de la ONU
A su vez, el portavoz adjunto del secretario general de Naciones Unidas, Farhan Haq, condenó el ataque, aseverando en declaraciones a TASS que el organismo que representa "se opone a cualquier bombardeo de infraestructura civil".
En paralelo, el representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, también se pronunció acerca del bombardeo y señaló a RIA Novosti que se trata de una consecuencia directa de los suministros de armas de Washington a Ucrania.
"Tales ataques contra objetivos civiles solo pueden provocar una fuerte condena. Esta es una consecuencia directa del suministro de armas por parte de Estados Unidos a Kiev", aseguró.
Las autoridades ucranianas informaron el martes que sus fuerzas atacaron un depósito de municiones ruso en el sur de Ucrania durante la noche, lo que resultó en una explosión masiva capturada en las redes sociales. según la agencia Associated Press.
En medio de este panorama, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dialogaba en las últimas horas con sus pares de Rusia y Ucrania, Vladimir Putin y Volodímir Zelenski respectivamente, en su intento por lograr el cese del fuego.
Neonazismo
Por otra parte, casi 50 países de la ONU emitieron una declaración condenando los esfuerzos de Rusia para justificar su invasión militar de Ucrania a través de narrativas falsas sobre el país vecino, informó un corresponsal de Ukrinform desde Nueva York.
“Condenamos a Rusia por abusar nuevamente de su asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU para difundir desinformación. Rechazamos los esfuerzos de Rusia por distorsionar la historia para sus propios fines políticos y promover narrativas falsas extremadamente dañinas y desinformación sobre los países vecinos, en particular al etiquetar a otros como "neofascistas" y "neonazis", que no tienen base alguna”, dice la declaración.
La reunión informal organizada por la Federación Rusa para los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU es "otro intento cínico y transparente de Rusia de justificar su invasión ilegal, a gran escala y no provocada de Ucrania", según los autores de la declaración.
Se señaló que de esta manera Rusia trató de desviar la atención de la comunidad internacional de sus flagrantes violaciones de la Carta de la ONU y otras normas del derecho internacional.
Los autores de la declaración enfatizaron que seguirán condenando el nazismo, el neonazismo, el antisemitismo, el racismo antirromaní y otras formas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia.
Entre los países que firmaron la declaración se encuentran Ucrania, países de la UE, Australia, Canadá, Croacia, Georgia, Japón, Moldavia, Montenegro, Reino Unido y Estados Unidos.