Rusia realizó un lanzamiento de prueba de su nuevo misil intercontinental Sarmat, que puede transportar una carga útil de hasta 15 ojivas nucleares y que, según Moscú, es capaz de golpear a Estados Unidos y destruir un área del tamaño de Texas.

El ensayo, visto por Occidente como una advertencia al mundo por parte del Kremlin, se produce en medio de una escalada militar en el hemisferio norte con motivo de la invasión rusa a Ucrania iniciada el 24 de febrero pasado.

La demostración bélica de Rusia "hará que lo piensen dos veces quienes amenazan a nuestro país con su retórica desenfrenada y agresiva", enfatizó el presidente ruso, Vladimir Putin, que felicitó a sus "camaradas" por el éxito de la prueba llevada adelante este miércoles.

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Según se informó a la prensa, el misil puede impactar tanto en EEUU como en cualquier capital europea. Tiene un alcance de 10.000 kilómetros, según Rusia.

Moscú precisó que su arma es capaz de destruir un área del tamaño de Texas y puede transportar una carga útil de hasta 15 ojivas nucleares.

El misil, que fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk, alcanzó su objetivo a 6.000 kilómetros de distancia en el polígono de Kura, en la península de Kamchatka, bañada por el océano Pacífico, según informaron las autoridades rusas.

Plesetsk se encuentra a unos 800 km al norte de Moscú y al sur de Arjánguelsk. La península de Kamchatka está situada en el Extremo Oriente ruso, precisó el diario español El Mundo en su página de internet. El Sarmat "no tiene análogos en el mundo y no los tendrá durante mucho tiempo", advirtió Putin en un mensaje televisado.

¿Qué dijo Estados Unidos al respecto? El Pentágono informó que Rusia notificó adecuadamente a Washington antes del lanzamiento de prueba de su misil balístico intercontinental.

Según el Gobierno norteamericano, el misil es capaz de evadir los sistemas de defensa antimisiles.

La televisión rusa mostró a Putin supervisando el lanzamiento por videoconferencia en el Kremlin y recibiendo un informe del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, cuya continuidad en el Gobierno ha sido cuestionada en las últimas semanas debido a sus largas desapariciones del foco mediático y al lento avance de Rusia en Ucrania.

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Asimismo, el Pentágono le restó importancia a la prueba que llevó a cabo Rusia: “Este tipo de test es rutinario y no fue una sorpresa”, indicó el portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU., John Kirby, en un comunicado.

“No consideramos la prueba como una amenaza para Estados Unidos ni los aliados”, agregó Kirby, que dijo que Rusia notificó por anticipado y “adecuadamente” sobre el lanzamiento, de acuerdo con las obligaciones incluidas en el tratado "Nuevo START".

En febrero de 2021, poco después de llegar a la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Joe Biden, acordó con Putin mantener vigente por cinco años más el tratado de control de armas nucleares "Nuevo START", que limita el número de armas atómicas estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire.