Rusia amenazó con atacar a los países de Occidente que impongan una zona de exclusión aérea sobre Ucrania
Vladimir Putin aseguró que “cualquier movimiento en esta dirección” será considerado como parte del conflicto.
En un acto televisado por la televisión local, el presidente ruso Vladimir Putin le dejó una tajante respuesta al gobierno de Estados Unidos y los países que se aliaron para castigar financieramente al Kremlin. Mientras sus tropas continúan bombardeando diferentes ciudades de Ucrania pese al comienzo de un corredor humanitario, el mandatario dijo que las sanciones de Occidente "son como una declaración de guerra".
En ese sentido, también amenazó con atacar a los países de Occidente que impongan una zona de exclusión aérea sobre Ucrania. "Cualquier movimiento en esa dirección será considerado por nosotros como una participación en el conflicto armado por parte de ese país, independientemente de las organizaciones a las que pertenezcan", alertó.
Y agregó: "Escuchamos decir que sería necesario crear una zona de exclusión aérea en el territorio ucraniano. Pero es imposible hacerlo desde el territorio ucraniano, solo es posible desde territorio de un país vecino".
Al mismo tiempo, el líder del Kremlin sostuvo que "todo marcha según lo planeado en Ucrania" y que "está casi finalizada" la destrucción de la infraestructura militar en Ucrania. El ejército ruso cumplirá sus objetivos en el marco de la operación militar especial que está llevando a cabo. “Todo va completamente según lo planeado. Todo se está haciendo como nuestro Estado Mayor lo planeó”, indicó Putin, pese a la resistencia ucraniana que demoró el avance de las tropas rusas, como sucedió en la capital Kiev.
"Lo primero que hicimos fue destruir toda la infraestructura militar. Bueno, no toda, de forma parcial, principalmente almacenes de armas, municiones, aviación, sistemas de defensa aérea (...) La destrucción está casi finalizada", precisó.
Mientras avanza la invasión, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, por su parte criticó firmemente la negativa de la OTAN de instaurar una zona de exclusión aérea en Ucrania, un pedido que serviría para neutralizar la ventaja aérea en combate de Rusia pero de enorme costo político.