En 2023, 8,7 millones de personas salieron de la pobreza en Brasil, al pasar de 67,7 millones a 59 millones de afectados, el nivel más bajo desde 2012, reveló el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La entidad resaltó en un informe que la extrema pobreza (que implica vivir con menos de 2,15 dólares por persona al día) se redujo también de manera significativa al pasar de 12,6 millones a 9,5 millones, lo que significa que 3,1 millones de personas salieron de esta condición.

En 2023 el índice de Gini, que mide la desigualdad económica de una sociedad, se mantuvo en el mismo valor que el año precedente (0,518), lo que indica que no hubo reducción en la desigualdad de ingresos, aunque de no ser por los beneficios de los programas sociales del Gobierno este "hubiera aumentado de 0,518 a 0,555", aclaró el IBGE. El Instituto detalló que en 2023, el 24,5 por ciento de la población de zonas urbanas y el 51 por ciento de áreas rurales vivían en hogares beneficiados por programas sociales, con lo que el 42,7 por ciento de niños y adolescentes de 0 a 14 años se vio beneficiado con ellos.

En tanto, el número de jóvenes de 15 a 29 años que no estudiaban ni trabajaban alcanzó su nivel más bajo desde 2012, con 10,3 millones (21,2 por ciento), de los cuales el 45,2 por ciento (4,6 millones) pertenecía a mujeres negras o mestizas. El Instituto explicó que la ocupación laboral tuvo un impacto significativo en la incidencia de la pobreza en dicho año, ya que el 14,2 por ciento de las personas ocupadas fue considerado pobre y menos del 1 por ciento extremadamente pobre, frente a los desempleados que alcanzaron el 14,6 por ciento y 54,9 por ciento, respectivamente.

"Estos indicadores muestran que existe pobreza entre la población ocupada, probablemente relacionada con la vulnerabilidad social de ciertos segmentos del mercado laboral. Sin embargo, la pobreza y la extrema pobreza son menos intensas entre los trabajadores que entre la población desempleada", subrayó.