El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió en Estocolmo que el conflicto Rusia-Ucrania podría conducir a una crisis mundial de alimentos que afectará principalmente a los países en desarrollo.  

Guterres se reunió con la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, para discutir la situación de seguridad en Europa, la recuperación tras la pandemia y la transición ecológica.

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"La invasión militar de Rusia a Ucrania está generando sufrimiento, devastación y debe terminar ya", sostuvo Guterres en una conferencia de prensa después de la reunión. En tanto, pidió decisiones rápidas para contrarrestar la crisis alimentaria que podría surgir del conflicto y en la que los países en desarrollo corren el mayor riesgo.

La situación está alimentando "una crisis mundial tridimensional de alimentos, energía y finanzas" que está afectando a "las poblaciones, países y economías más vulnerables", advirtió. Una "tormenta perfecta está amenazando con destruir las economías de muchos países en desarrollo", añadió.

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La crisis alimentaria no podrá resolverse efectivamente a menos que la producción de fertilizantes y alimentos de Rusia, y la producción de alimentos de Ucrania puedan llegar de nuevo a los mercados mundiales.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), Rusia y Ucrania son, respectivamente, el mayor y el quinto mayor exportadores mundiales de trigo. Juntos, cubren el 19% de la oferta mundial de cebada, el 14% del trigo y el cuatro por ciento del maíz, lo que representa más de una tercera parte de las exportaciones mundiales de cereales.

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En Ucrania, conocida como el granero de Europa, el conflicto ha dejado sin cosechar trigo plantado hace meses, mientras que el maíz y el girasol sembrados cuando el conflicto estalló quedaron sin fertilizar. Se calcula que la producción de granos de Ucrania podría caer más de 50% en la temporada actual.

Además, Rusia es el principal productor de fertilizantes y representa el 13% de la producción mundial. Las restricciones a las exportaciones rusas de fertilizantes debido a las sanciones de Estados Unidos han conducido a un alza en el precio mundial de los fertilizantes. Esto ha obligado a los agricultores en Brasil, Estados Unidos y otros importantes países agrícolas a reducir el uso de fertilizantes, lo que podría afectar futuras cosechas.