La solicitud del gobierno talibán de Afganistán para expresarse ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y la embestida de Irán contra los Estados Unidos son dos de las novedades que le otorgan un condimento de tensión a esa cita. Suhail Shaheen, el portavoz talibán en Doha, Qatar, fue designado como embajador del país ante la ONU. Pero el embajador del gobierno depuesto de Ashraf Ghani también pidió la palabra. ¿Quién representará al país asiático en su Asamblea General, que se inauguró este martes y que durará una semana? Era una incógnita.

Los talibanes enviaron una carta al Secretario General de la ONU, António Guterres, firmada por el Ministro de Asuntos Exteriores de su gobierno, Amir Khan Muttaqi. Según Stéphane Dujarric, el portavoz de la organización mundial, los talibanes, quienes se apoderaron del Gobierno en Afganistán el mes  pasado, pidieron en su carta hablar ante las Naciones Unidas en nombre de los afganos.

La demanda de Khan Muttaqi se enfrenta a la de Ghulam Isaczai, el embajador que representa en la ONU al hasta hace poco gobierno de  Afganistán, derrocado el mes pasado por los talibanes. Las solicitudes se encuentran en manos de un "comité de acreditación" de la ONU, informa este miércoles el sitio France24.com

La eventual aceptación por parte de la ONU de un discurso del embajador de los talibanes sería un paso importante en la apuesta del grupo islamista por un reconocimiento internacional y podría sobre todo ayudar a desbloquear los fondos de ayuda económica internacional.

Paralelamente, Guterres ha dicho que el deseo de los talibanes de ser reconocidos internacionalmente es la única palanca que tiene la  comunidad internacional para presionarlos a favor de un gobierno inclusivo y a favor del respeto de los derechos humanos. Sin embargo, la mayoría de las naciones aún no reconoció al gobierno de los talibanes, exigiendo antes de que los nuevos líderes de Afganistán cumplan con varias condiciones. 

Mientras tanto, en su primera alocución internacional desde su elección en junio, Ebrahim Raisi, el presidente ultraconservador de Irán, se  pronunció fuertemente contra las sanciones económicas a su país, aunque se declaró también a favor de la reanudación de las negociaciones nucleares.

Al mismo tiempo, el presidente no perdió la oportunidad para resaltar lo que calificó de declive de la "hegemonía estadounidense".Al mismo tiempo, el presidente no perdió la oportunidad para resaltar lo que calificó de declive de la "hegemonía estadounidense". El discurso de Raisi llegó en un video de 15 minutos difundido este martes ante la 76 Asamblea de la ONU.

El mandatario se refirió extensamente a las sanciones económicas a Irán, impuestas después de que los Estados Unidos se retiraran unilateralmente -en 2018- del Acuerdo Nuclear, firmado en 2015 entre Irán y las potencias mundiales y afirmó que "las sanciones son la nueva forma de guerra de los Estados Unidos con las naciones del mundo".

Raisi recordó que las sanciones contra la nación iraní no comenzaron con el programa nuclear. "(Las sanciones) son incluso anteriores a la Revolución Islámica y se remontan al año 1951, cuando se produjo la política de  nacionalizaciones en Irán, que a su vez condujo a un golpe militar respaldado por los estadounidenses", declaró el presidente.

El presidente iraní declaró además que las sanciones económicas a su país y a varias otras naciones no cesaron durante la pandemia de Covid-19, afectando así las importaciones de vacunas y de otros suministros médicos. "Las sanciones, y especialmente las sanciones a la medicina en la época de la pandemia del Covid-19 son crímenes contra la humanidad", expresó. Y dejó en claro la intención de su país: "Irán propone que se declare prohibida cualquier clase de sanción que induzca a la destrucción o a la interrupción del suministro de bienes sanitarios".