Uno de los principales jefes de espionaje de Rusia reveló este lunes que esperaba que el organismo de control nuclear de la ONU y la Unión Europea investigaran la actividad nuclear ucraniana que, precisó, podría indicar que Kiev estaba trabajando en una "bomba sucia".

Sergei Naryshkin, jefe del servicio de inteligencia exterior SVR de Rusia, no proporcionó pruebas documentales para respaldar sus afirmaciones, publicó un cable de la agencia de noticias Reuters.

El Ministerio de Defensa de Ucrania, mientras tanto, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de ese medio, que recordó afirmaciones de Kiev cuando recalcó que toma muy en serio sus responsabilidades con respecto a la energía nuclear y acusó a Rusia de imprudencia en lo que respecta al control de la planta nuclear de Zaporiyia en el sur.

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Naryshkin firmó un comunicado de su servicio donde consta que cuenta con información de que un lote de "combustible irradiado" había sido enviado en secreto desde la planta nuclear de Rivne en el oeste de Ucrania para su eliminación en una instalación de almacenamiento de combustible gastado en Chernobyl.

Siguió indicando que la acción, que Reuters no pudo verificar de forma independiente, era sospechosa y solo podía explicarse por la intención de Kiev de crear una "bomba sucia", combinando material radiactivo con explosivos convencionales.

Rusia acusó previamente a Ucrania, sin proporcionar evidencia, de planear usar una "bomba sucia" de este tipo, en medio de temores de  ambos lados de que los combates alrededor de la planta nuclear de Zaporiyia, que las fuerzas rusas tomaron unos días después de invadir Ucrania a principios del año pasado en lo que Moscú llama su "operación militar especial", podría conducir a un desastre, concluyó Reuters.